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Voto de jastarloa:
7
Cine negro. Intriga. Thriller A casa de sus familiares, en el tranquilo pueblo de Santa Rosa, llega un día el encantador tío Charlie (Joseph Cotten), un seductor criminal que viaja de Filadelfia a California y al que la justicia va pisando los talones. Su sobrina Charlie, a pesar de que no sabe nada de sus actividades, no tardará en sospechar que su tío es el misterioso asesino de viudas al que la policía anda buscando. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2006
113 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
«No debería decir que "Shadow of a Doubt" es mi película favorita. Si me he manifestado a veces en este sentido es porque me doy cuenta de que esta película es satisfactoria para nuestros amigos los verosímiles, nuestros amigos los lógicos [...] y nuestros amigos los psicólogos.»

La anterior cita es un extracto que he tomado del libro de Truffaut "El cine según Hitchcock", en el que se transcriben unos encuentros entre ambos directores a modo de entrevistas durante los que hablaron de todas las películas del británico. Pues no es que tenga yo especiales ganas de llevar la contraria, pero, dado que no es ningún secreto que Hitchcock fue uno de esos señores amigos del cinismo y la farsa en sus entrevistas, no me amilanaré a la hora de dar mi opinión sobre el guión de esta película.
No es que a mí, como espectador experimentado, me falte ingenuidad; es simplemente que tiene cosas que se caen por su propio peso. Ya la propia personalidad de la sobrina es un poco rebuscada, pero cuando la sombra de la duda cae sobre ella y los agentes, sus procederes son bastante incoherentes (ver SPOILER).

Por otro lado está la dirección de Hitchcock, tan elegante e inteligente como siempre. Nunca podré achacarle una puesta en escena que no cautive a mis sentidos –es ésta la que hace que, a pesar de los pesares, sea éste un film muy entretenido–, pero ésta es una de las veces que menos inspirado ha estado en la dirección de actores y en el manejo de los personajes. Lo cierto es que algunos de los primeros planos de Cotten que se centran en sus bruscos cambios de humor llegan a ser irrisorios –recuérdese, por ejemplo, el plano detalle de sus manos cuando está mirando por la ventana; o el no menos ridículo forcejeo en el tren–. Y el poli secundario que se enamora de la chica... pues está sosillo.
También es culpa de los actores, no digo yo que no.


Tras todo esto, habrá quien me diga que fallos similares a los del segundo párrafo se encuentran en, por ejemplo, "Con la muerte en los talones", que es una de las que siempre ha recibido más elogios por mi parte. Y yo contestaré que aquí no están, para elevar el nivel, ni Cary Grant, ni James Mason, ni Martin Landau, ni Ernest Lehman agarrando el lápiz, ni mucho menos la soberbia música que Bernard Herrmann compuso para ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jastarloa
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