En mi opinión es una buena película, pero excesivamente ambiciosa (con un exceso un tanto artificial de metraje), que consigue lo que busca sólo en parte y principalmente no por méritos de Bertolucci (cuyo ritmo narrativo es irregular) sino por sus actores. Robert de Niro y Donald Sutherland están especialmente inspirados (el primero no sobreactúa en ningún momento, y el segundo hace uno de los papeles más repulsivos que recuerdo), y mención especial para los campesinos que aparecen a lo largo de todo el film, totalmente creíbles.
La banda sonora de Ennio Morricone, aunque se escucha pocas veces, también aumenta notablemente su calidad.
La ambientación también es excelente; nos introduce totalmente en la época y en el transcurso de los años, además de reflejar muy bien las distintas clases sociales de las que son representantes los distintos protagonistas.