Sin duda los premios ganados en el festival de Sitges los ganó merecidamente. La música acompaña de manera perfecta a la película y resulta muy atractivo el rodaje en blanco negro salvo "esos momentos" en color (o más bien tintando las imágenes de un color en concreto, rojo o azul).

La historia cuenta otra vez más la historia de un clan samurái que para preservar su honor se ve obligado a bla, bla, bla....

Realmente el argumento importa bien poco sólo decir que tiene unos buenos momentos cómicos porque el protagonista es un patán inmisericorde, el maestro ninja esta viejo (genial lo de la escuela de ninjas) y los duelos tienen bastante buena calidad.
No es la película de samuráis definitiva pero si os queréis alejar un poquito de los últimos dramas samuráis como "Love and honor" o "La espada oculta" os la recomiendo. Se obtienen una buena cantidad de duelos con un toque de humor e ironía hacia el mundo feudal japonés.