Magníficas las explosiones de los asteroides al acercarse a la zona de las ciudades como una especie de alergía a tocar el suelo o a lo peor era más sencillo hacer una explosión así que gastarse dínero en algo que pareciese un impacto en la tierra.

Y momento mítico de necesidad la rotura de la presa por el impacto de un meteorito (es más probable que me convierta yo en rey de Madagascar que ocurra eso) y la posterior riada en la que solo faltan que parezcan unos clics o vaquitas de plástico o los pin y pon. Como recordatorio de los efectos especiales de los 50 no tiene precio.