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Voto de burton:
8
7,3
89.907
Drama. Comedia
Basada en una historia real. En los años sesenta, Frank W. Abagnale (Leonardo DiCaprio) era un joven y escurridizo delincuente que adoptaba diversas identidades (médico, abogado o copiloto de líneas aéreas). Carl Hanratty (Tom Hanks), un agente del FBI, tenía la misión de seguir su pista y capturarlo para llevarlo ante la justicia, pero Frank siempre iba un paso por delante de él. (FILMAFFINITY)
7 de julio de 2006
31 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de trámite en la maravillosa filmografía del genio. En la línea de películas como La Terminal, Spielberg sólo se centra en cubrir expediente, sin los alardes técnicos a los que nos tiene acostumbrados.
De hecho la trama en sí es de lo más sencilla. La manida, recurrente y sempiterna temática de la parábola del gato detrás del ratón, sirven de marco para el repertorio interpretativo de un brillantísimo reparto coral, con Di Caprio a la cabeza interpretando el papel (basado en hechos reales, tal y como el propio director se encarga de aclararnos al pripincipio de la cinta) de un joven pícaro que responde al nombre de Frank W. Abagnale, críado en el entorno de un padre dedicado al mundo de los negocios y recién nombrado miembro del prestigioso club Rotario (de supuestas tendencias filantrópicas) que a pesar de las dificultades económicas que atraviesa, logra abrir una cuenta corriente en uno de los bancos más prestigiosos del mundo como es el Chase Manhattan Bank a su hijo de 16 años recién cumplidos, y de una madre francesa a quien su padre conoció durante la segunda guerra mundial en el pueblo de Montrichard.
Fuera de la sencilla historia bien interpretada, la película queda reducida a una tosca y abrupta narración que además alarga excesiva e innecesariamente el metraje de la cinta. Desde luego como "obra menor" de Spielberg prefiero infinitamente más La Terminal que ésta, si bien tengo que decir que merece la pena verla aunque sólo sea para recrearnos en las brillantes interpretaciones, en versión original por supuesto, sobre todo de un sorprendente Leonardo de Caprio.
De hecho la trama en sí es de lo más sencilla. La manida, recurrente y sempiterna temática de la parábola del gato detrás del ratón, sirven de marco para el repertorio interpretativo de un brillantísimo reparto coral, con Di Caprio a la cabeza interpretando el papel (basado en hechos reales, tal y como el propio director se encarga de aclararnos al pripincipio de la cinta) de un joven pícaro que responde al nombre de Frank W. Abagnale, críado en el entorno de un padre dedicado al mundo de los negocios y recién nombrado miembro del prestigioso club Rotario (de supuestas tendencias filantrópicas) que a pesar de las dificultades económicas que atraviesa, logra abrir una cuenta corriente en uno de los bancos más prestigiosos del mundo como es el Chase Manhattan Bank a su hijo de 16 años recién cumplidos, y de una madre francesa a quien su padre conoció durante la segunda guerra mundial en el pueblo de Montrichard.
Fuera de la sencilla historia bien interpretada, la película queda reducida a una tosca y abrupta narración que además alarga excesiva e innecesariamente el metraje de la cinta. Desde luego como "obra menor" de Spielberg prefiero infinitamente más La Terminal que ésta, si bien tengo que decir que merece la pena verla aunque sólo sea para recrearnos en las brillantes interpretaciones, en versión original por supuesto, sobre todo de un sorprendente Leonardo de Caprio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El padre de Frank W. Abagnale jr interpretado más que dignamente por Christopher Walken, siempre repetía a su hijo la parábola de los dos ratones que se cayeron en un cubo de nata como símbolo de las dos actitudes antagónicas del ser humano ante la adversidad; aquella del pusilánime ratón que muere resignado, ahogándose en el cubo, y aquella otra del ratón que nunca abandona el barco y lucha denodadamente moviendo espasmódicamente sus articulaciones con tanto denuedo y empecinamiento que al final logra salir del atolladero, convirtiendo la nata en mantequilla y deslizándose hacia fuera del cubo.
Pues bien, cuando el matrimonio de los Abagnale cae en la rutina y deciden separarse, el joven Frank (16 años) decide huir hacia adelante siempre emulando los ímprobos esfuerzos de aquel segundo ratón luchador, optando por el camino de la picaresca.
Spielberg va narrando de manera algo torpe las vicisitudes en el camino del joven estafador, quien paulatinamente va adquiriendo nuevas maneras de impostor ante la hostigante persecución a que le somete el detective para asuntos de fraude fiscal del FBI Carl Hanratty (interpretado sobria y caústicamente por el en ocasiones descomunal Tom Hanks).
Primero como copiloto de la Pan Am cobrando cheques falsos de la compañía por los diversos estados del país, más tarde como jefe de los servicios de urgencia de un hospital y como ayudante del fiscal general del estado, tras superar misteriosamente la "prueba de Louisiana".
Al final, como en la mayoría de las pelis basadas en hechos reales, el director nos narra el devenir de los protagonistas en un futuro al que el espectador ya no asiste, sino que intuye por cómo se ha ido desarrollando la trama.
Pues bien, cuando el matrimonio de los Abagnale cae en la rutina y deciden separarse, el joven Frank (16 años) decide huir hacia adelante siempre emulando los ímprobos esfuerzos de aquel segundo ratón luchador, optando por el camino de la picaresca.
Spielberg va narrando de manera algo torpe las vicisitudes en el camino del joven estafador, quien paulatinamente va adquiriendo nuevas maneras de impostor ante la hostigante persecución a que le somete el detective para asuntos de fraude fiscal del FBI Carl Hanratty (interpretado sobria y caústicamente por el en ocasiones descomunal Tom Hanks).
Primero como copiloto de la Pan Am cobrando cheques falsos de la compañía por los diversos estados del país, más tarde como jefe de los servicios de urgencia de un hospital y como ayudante del fiscal general del estado, tras superar misteriosamente la "prueba de Louisiana".
Al final, como en la mayoría de las pelis basadas en hechos reales, el director nos narra el devenir de los protagonistas en un futuro al que el espectador ya no asiste, sino que intuye por cómo se ha ido desarrollando la trama.