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España España · Madrid
Voto de luison:
9
Drama Oscar es un niño de diez años que está internado en un hospital infantil. Ni sus padres ni los médicos se atreven a decirle la verdad sobre su enfermedad. Sólo Rose, la repartidora de pizzas, una mujer de bruscos modales, es capaz de ganarse su confianza y entretenerlo. Un día, le propone un juego: imaginar que cada día que pasa equivale a diez años, de modo que, en unos días, Oscar alcanzaría una larga vida. Además, para conseguir que ... [+]
15 de noviembre de 2011
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entrañable película que reflexiona de forma admirable sobre la realidad de la muerte. La verdad es que las películas que tienen esta temática pueden caer en la tentación de acabar en la sensiblería pura y dura, haciendo que la historia quede cursi y algo forzada. Pero no es el caso de Cartas a Dios. Se trata de una increíble historia de amistad entre un pobre niño destinado a morir por un cáncer y una mujer en la cual la pizza era su valor más preciado hasta entonces.

Y es que es una película que muestra muy bien cómo los dos personajes salen muy fortalecidos después de esos días. El niño se encuentra solo, sin que nadie le comprenda; sintiéndose engañado en lo que sabe que son sus últimos días de vida. Tiene sólo 10 años, y apenas sabe nada de lo que es vivir. Y su estancia con Rose le hará pasar sus últimas horas con una sonrisa en la cara, disfrutando de cada momento, como si realmente un día suyo fueran diez, viviendo cada día, como él dice, como si fuera el último.
Y si lo del niño es fuerte, mucho más es la transformación que sufre la chica de rosa que reparte pizzas. Recién divorciada, sin rumbo, sin dinero, sin esperanza, triste. Aprende la satisfacción que es ayudar al más necesitado, aprende a desprenderse de los prejuicios que tiene y ser ella misma, sin que le importe lo que piensen los demás. Pone la primera piedra de lo que va a ser el camino de su nueva vida. Se hace chica mientras convierte al muchacho en un pequeño adulto.

Y lo que admiro de esta película es la mezcla entre la inocencia y la sensatez de Oscar. Esa inocencia infantil por la que cualquier adulto se enternece, esa inocencia que le hacer ser al niño especial. Y también esa sensatez con la que el niño consigue encandilar a Rose, y logra de una manera u otra remover el corazón de ella. Se trata sin duda de una claro ejemplo de lo que se debería hacer en una situación como esta, cuando se diera el caso. Es una capacidad extraordinaria de meterse en la cabeza y en la mentalidad de un niño, y es una forma buenísima de hacerle sonreír y disfrutar.

Por último, ya que me podría estar aquí largo y tendido, destaca una banda sonora muy simple pero de enorme acierto, creando esa nostalgia y ese cariño propios del momento; las dos interpretaciones, en especial la de Michèle Laroque, son soberbias, ya que sin ellos la película se habría hundido. Su trabajo es encomiable. Por otro lado, el film tiene un claro sentido sobrenatural, viendo en todo momento la parte positiva de la muerte, y obviando el sufrimiento obligatorio que conlleva. He ahí otra de sus claves. La película sin duda arrancará más de una lágrima, te hará reflexionar sobre un tema muchas veces lejano, pero irremediable al fin y al cabo, y te hará coger cariño a Oscar, de modo que tú tampoco quieras despegarte de él. De nuevo Francia propone algo interesante: peliculón que no puedes dejar escapar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
luison
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