Las interrogaciones indican mi estupor ante una serie de cosas.

¿Quién es este Louis King, del que Filmaffinity tiene en su base de datos ocho títulos y tan sólo uno tiene puntuación? El título es "Los verdes pastos de Wyoming", con 26 votos hasta la fecha (de los más de diez mil usuarios, no sé exactamente cuántos seremos los que formamos esta gran familia) y una media de 4.5?

Nadie ha visto y, por supuesto, nadie ha escrito una crítica, de "Nieves traidoras".

Seré el primero, y no me extrañaría que fuera el último. Es imposible recomendar este bodrio, ni siquiera a esos usuarios que me tienen en el punto de mira de su escopeta.

El guión es sencillo y muy manido en anteriores y posteriores realizaciones. Una testigo de un crimen (espero que la Real Academia no incluya nunca en el Diccionario una palabrota tan basta y fea como "testiga") escapa hacia el Parque Nacional de Glacier. Detrás de ella van un pistolero y un agente.

Pondría, como se dice vulgarmente, "la mano en el fuego" a que los guionistas no escribieron guión alguno o estuvieron borrachos un tiempo, porque no entiendo que un escritor y guionista con tan notable reputación como W.R. Burnett (La jungla de asfalto o Scarface) escribiera junto a Horace McCoy (¿Acaso no matan a los caballos?) este guión tan endeble y tan improvisado.

¿Y los actores? Victor Mature, discretísimo actor del que habría que destacar sus películas bíblicas y su interpretación de Doc Holiday ("Pasión de los fuertes"), intenta dar un poco de energía a una dirección pobre, pero, ni él, ni muchísimo menos Vincent Price (del que no recuerdo una actuación tan mediocre) consiguen tapar los bostezos.

Lo peor es el desenlace que no parece tener fin, dada su excesiva duración para tan pequeño metraje (75 minutos).

Hacía tiempo que no metía en mi cajón de Directores Pestiños a alguien. Pase y acomódese, señor Louis King.