“Blade Runner 2049” es una de las mayores cagadas del cine de los últimos años, consiguiendo incluso que la flojilla “Interstellar” se convierta en una película notable.
Resulta una realización al servicio de la tecnología audiovisual (poco importa que lo que oigas y veas sea menos atractivo que el culo de un babuino soltando ventosidades). Con imágenes generadas por computadora (CGI) descaradamente, esa patraña que impera en la industria del cine cuando lo que se va a contar importa una higa. Además ya sabemos que ellos consideran al espectador un descerebrado que se idiotiza con la acción, los efectos especiales, o con las películas de vampiros u otras imbecilidades, aunque no sea este el caso.

Parece como si una vez hecho el montaje final y viendo que les había salido sólo un metraje de 80 minutos decidieran reducir la velocidad a la mitad para que aumentara a los 163 minutos definitivos. Porque todo es muy leeeeeeeentooooo, los diálogos floooojos, pesaaaaados, absuuuuuurdos, aburriiiiiiidos, pretencioooooosos.

Las secuencias según avanza la historia (¿historia, qué historia?) cada vez son más plúmbeas, innecesarias, insufribles.
Ya hay colonizados nueve planetas, las ciudades que se nos muestran desde lo alto son imponentes, la densidad de la población es incontable, pero cuando el personaje principal viaja con su vehículo por carretera o por el aire… ¡no hay otros vehículos!

El personaje que en el film original de Ridley Scott personificaba Rutger Hauer (el Nexus-6 que decía aquellas palabras sin sentido “He visto cosas que vosotros no creeríais…” y que todos los palmeros cinéfilos sin criterio propio alaban de forma irracional) aquí lo sustituyen por una tía tipo ninja con sus patadas y cuchillos.

Ya se pueden imaginar los aspectos futuristas de dentro de treinta años según ese director y esos guionistas:
Coches volando (aunque se ven escasamente seis o siete), esclavas-robots domésticas, superpoblación (no sabes si alguien trabaja o si hay transportes colectivos), hologramas publicitarios (que nadie ve porque apenas hay gente en las calles), y, faltaría más, holografías de mujeres ofreciendo sexo.

Suscribo las palabras de Carlos Boyero: “Qué manía tan incansable y lamentable la de buscar negocio a costa de profanar a los clásicos”.
Aunque, a mi parecer, la original Blade Runner esté muy sobrevalorada en algunos aspectos. Pero esa es otra historia.

Resumiendo, cada vez más lejos del criterio cinematográfico de Filmaffinty. De sus usuarios quería decir. Y por supuesto, habrá gente que han disfrutado. ¿Y?