Contemplar a Ornella Muti con 18 años ya es suficiente excusa para ver "Cebo para una adolescente". Si además la película cuenta la morbosa historia de Maribel y Don (de Don nada) Ignacio, pues, más interés tiene. Ciertamente, pese a algunos defectos en la narración y una recta final un tanto desvaída, el filme tiene el interés de cómo ver como Maribel sale, si es que lo hace, de la "trampa" en la que ha caído. Además, el sufrimiento personal, la rabia y la indignación que te provoca la historia es un aliciente más para visionar la obra.

De todos modos, Maribel, de inocente, casi se pasa de tonta. Es verdad que es un encanto y que con el chico adecuado todo iría de fábula. Pero hasta que eso pase hay tener más malicia y si no, tener a alguien que te vigile. En este caso los padres. Lo malo es que la culpa de todo la tienen, a parte del muy sinvergüenza pero igualmente embaucador Ignacio, los propios padres. Vamos que si fuera mi hija me iba a chupar el dedo como lo hacen ellos. Y lo peor de todo es que tiene lógica esa inopia (SPOILER) en la que se encuentran. Al menos hay una esperanza para una salida honrosa, lo malo es que tampoco sabemos como acaba realmente la historia con un desenlace un tanto abierto.

Filme casi comprometido, sorprendentemente bastante atrevido para ser de 1973, hasta el punto de que hoy día cuesta ver historias así por el malestar que producen. Y por supuesto "Cebo para una adolescente" destaca por la presencia de una bellísima Ornella Muti, suficiente razón para recuperar esta obra valiente del tardofranquismo español.