Pequeño o gran fracaso, según se mire, de la adaptación británica de la novela homónima de Graham Greene. La película tuvo un presupuesto de casi once millones de dólares pero no llegó a recaudar ni seis en los Estados Unidos y dudo que fuera de este país consiguiera mucho más dinero. Es un poco raro teniendo en cuenta que además de los ya famosos Michael Caine y Bob Hoskins, se sumaba un Richard Gere que venía de cautivar a todas las mujeres del mundo con su, por otro lado excelente, "Oficial y Caballero" (1982). No en vano Gere seguiría encadenando títulos menores o decepciones, es el caso de "Cotton Club" (1984), hasta que "Pretty Woman" (1990) lo devolviera al estrellato.

El caso es que estamos a principios de los 80, no sé si en los primeros segundos te aclaran la fecha, pues me los perdí, en Argentina, en Corrientes para ser más exactos (no es por nada pero adiviné la ciudad), frontera con Paraguay, con un doctor, un cónsul y una señorita con la que habrá un interés amoroso-sexual. A todo esto se le suma una trama política un tanto desvaída. A "Cónsul honorario" le falta determinación, situaciones más convincentes y ambición en el trato a cada uno de sus temas. Al final, la trama se asemeja demasiado a la de "El americano impasible". Por lo menos, muestra la dura realidad de los regímenes militares de aquellos años y la usual violencia de las guerrillas marxistas.