Puede que Gerard Butler ame a Hilary Swank pero de lo que estoy seguro es que Richard LaGravenese odia con todas sus fuerzas a los espectadores. Porque de otro modo no se explica que nos castigue con semejante engendro que dura más de dos horas. De hecho he realizado un esfuerzo extraordinario para terminar de verla (esfuerzo que empezó a los 30 minutos) para poder opinar en consecuencia.

Ya la primera escena revela la pasta de la que está hecha. En exceso larga y intrascendente quiere ser realista pero se queda simplemente en detallista. Melosa, cursi, blandengue con un tono tan superficial que uno alucina al pensar que en realidad la historia va de una joven que acaba de perder a su marido, la película no arranca ni a la de tres. Pasan los minutos y uno piensa que qué es lo que te está contando el director, que puñetas le pasa a Gerard por mandar las cartitas esas y si a uno le importa lo que le pasa a Hilary.

Como ya he apuntado es superficial porque en el fondo no hay un sentimiento, un motivo por el que rodar la película. Es simplemente, como le pasa a muchas películas actuales, contar cosas, episodios de la vida de una mujer. Esto queda muy bien reflejado cuando se nombran las estaciones del año. Y de forma explícita cuando le dice en la carta que él sólo será un capítulo en la vida de ella. Así que cierra el capítulo, el muerto al hoyo y el vivo al bollo. ¿Y para eso me martirizas con 126 minutos de metraje absurdo, carente de tensión, de profundidad?

Mención a parte merece el personaje que interpreta Lisa Kudrow, una tipa absolutamente impresentable que se dedica a hacer lo que más se critica de los hombres. ¿Os imagináis que el personaje fuera interpretado por un tío y que dejara a la chica si no le gusta como besa o que alabara el buen culo de otra? Imposible. Pues aquí la machorra Lisa Kudrow va tratando con un desprecio tan absoluto, tan humillante a los hombres (preguntas "¿estás casado?", "¿eres gay?", "¿trabajas?" que quiere decir "¿tienes pasta?". Si responde correctamente lo besa y si no le gusta lo deja) que por fuerza uno espera su fracaso. Pero ¡horror! encima se casa con el guaperas de turno.

¿Hasta que punto de estupidez ha llegado el feminismo contemporáneo?. Mensaje que se lanza: compórtate como un hombre de esos que llamamos, un "cabrón" y encontrarás un tipo guapo, con dinero que te quiera un montón y que se case contigo (y que si le pones los cuernos no proteste, y que no te obligue a nada en esa relación, y que sea un simple trofeo que enseñar a tus amigas y que si te cansas de él puedes dejar por otro más guapo, más rico y más enamorado de ti, etc.)