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Voto de Reaccionario:
5
Drama. Romance Joe Clay, jefe de relaciones públicas de una empresa de San Francisco, conoce durante una fiesta a la bella Kirsten Arnesen. La muchacha se muestra cautelosa al principio, debido a la afición de Joe a la bebida, pero después sucumbe ante su simpatía y se casa con él. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2012
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece mentira que una adicción tan extendida como puede ser el alcoholismo haya generado más bien pocas películas sobre el tema. "Días de vino y rosas" es una de ellas y su intento de de ser pedagógica es su mayor éxito pero también su mayor lastre. Parece que Blake Edwards tiene como objetivo mayor mostrar a la sociedad norteamericana la realidad de esta enfermedad e incluso servir de ayuda a las personas que quieran salir de este mundo. Por eso describe como si fuera un manual los pasos que suele seguir una persona que cae en el alcoholismo, la degradación de sus relaciones personales, la pérdida del trabajo y el hundimiento más absoluto. Luego los propósitos de enmienda, la ayuda de Alcohólicos Anónimos, las charlas, las recaidas, etc.

Sin embargo, este intento de plasmar de forma bastante realista el alcoholismo le quita a "Días de vino y rosas" lo puramente cinematográfico. Los personajes, Joe Clay (Jack Lemmon), jefe de relaciones públicas de una empresa de San Francisco, y la secretaria Kirsten Arnesen (Lee Remick), aparecen demasiado esquemáticos, sin ser verdaderamente analizados psicológicamente. Igualmente las situaciones planteadas parecen seguir la ortodoxia del alcohólico tipo en vez de servir a una historia original. Quiero decir que la historia de "Días de vino y rosas" es poco atractiva y hasta irrelevante, pues no es más que un pretexto para tratar el tema. En fin, buen intento, correcta, pero con falta de chispa, y aunque no lo parezca, de dramatismo, profundidad y emoción.
Reaccionario
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