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5
Drama. Thriller Jack Moore es un abogado norteamericano que visita Pekín para cerrar un importante negocio. Tras pasar la noche con una joven china, al día siguiente es acusado de su asesinato. Como el sistema judicial chino es muy distinto al occidental, necesitará la ayuda de la abogada de oficio que le asignan para hacer frente a una acusación que puede costarle la vida. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría el año 1997 cuando tuve la desgracia de presenciar por televisión posiblemente el espectáculo más repugnante y doloroso en tiempo real que recuerde hasta el punto de que dudo mucho que en el futuro haya otro de tal bajeza. No, no me refiero a la detestable Ley Bosman, sino a la devolución de Hong-Kong a China. Dentro de lo conmovedor de la ceremonia de traspaso con un compungido Chris Patten, el último gobernador de la Colonia, ver a su bella hija menor, Kate si no me equivoco (la del vestido verde de tirantes), llorando como una magdalena en el Britannia, barco que las arrancaba para siempre de la antigua "Perla de Oriente", fue todo un símbolo de la desolación del momento y una imagen imborrable para un servidor. Por si fuera poco, ese último reducto del colonialismo británico era entregado, como si se tratara de una especie de sacrificio humano, ni más ni menos, que a la China comunista.

Pues mientras esto sucedía en el extremo oriente, con el beneplácito de todo el mundo mundial, Jon Avnet se atrevió a rodar toda una denuncia del gigante asiático con esta "El laberinto rojo". Es cierto que con los pasos de los años, al diluirse el comunismo oficial y dar pasos agigantados hacia el más salvaje capitalismo, el nivel de represión del régimen parece suavizarse desde 1997, incluso antes, hasta ahora. Sin embargo eso no quita que, después de la tétrica Corea del Norte, posiblemente China sea el peor régimen sobre la faz de la Tierra. Sin embargo, por un lado, los formidables intereses económicos en juego, la cobardía y pragmatismo de occidente y el gran poderío de este país, y por otro lado, la inestimable ayuda de los progresistas más hipócritas, ignorantes o malvados (o las 3 cosas a la vez), hacen que el régimen comunista sea prácticamente intocable, hasta el punto de ser hasta un ejemplo a seguir para algunos.

"El laberinto rojo" no es evidentemente "El expreso de medianoche" pues el director construye su obra demasiado a lo "hollywood", con todos los elementos típicos de una película de serie B pero con un protagonista del carisma de Richard Gere. Además, la trama da demasiados giros y hay incluso unas secuencias de acción algo forzadas. Igualmente el juicio resulta demasiado caótico con pruebas que aparecen de la nada, testigos de última hora y presiones de todo tipo. Aún así, mantiene razonablemente bien la intriga, incluso hay momentos emotivos entre abogada y acusado que se agradecen. A la postre, "El laberinto rojo" puede pecar de comercial y efectista, pero, con sus fallos, es una enorme denuncia del terrible sistema político comunista chino y su justicia mediatizada por el todopoderoso partido único. La crítica es tan palpable y verídica que el régimen chino la prohibió por razones políticas. Por algo será.
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