Si preguntáramos sobre directores españoles de éxito nos saldría Almodovar, Amenábar o como mucho, Juan Antonio Bayona o hasta Santiago Segura. Sin embargo el que está demostrando un mejor hacer con diferencia es un Jaume Collet-Serra casi desconocido, al menos para el gran público. Llegó a Hollywood y se lo está comiendo. Me sorprendió con su espectacular debut de "La casa de cera" (2005), mantuvo el tipo con "La huérfana" (2009) y ahora vuelve a dar un paso adelante con "Sin identidad", trabajo con el que ha conseguido ser el primer director de nuestro país en colocar un número en la taquilla de los Estados Unidos. ¿Se le reconoce su mérito? Pues creo que para nada. Qué injusticia.

Sea como fuere, lo que nos ofrece en esta ocasión es un laberíntico thriller lleno de de suspense y de incógnitas. Quizás por la ambientación europea tiene un aire a lo "Frenético" (1988) o "El caso Bourne" (2002), pero tranquilos, las supera a las dos con holgura. De hecho su acertado guión, en el que más que errores hay alguna pequeña licencia, nos va conduciendo a un enigma tras otro, que empieza por si Martin Harris (Liam Neeson) está loco o es un extraño complot con la STASI de por medio. Más adelante cuando parece que vislumbramos la verdad, un nuevo giro nos coloca en la casilla de salida, si bien llegué a anticiparme al fondo pero no al cómo. Buena en su género, encima sale Diane Krueger.