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Voto de Reaccionario:
5
Serie de TV. Drama Serie de TV (2012). 12 episodios. A principios del siglo XX, la populosa ciudad de Belfast era la sede del astillero más grande del mundo. Un ingeniero naval canadiense llega a Belfast. Lo han contratado para construir el mejor trasatlántico de lujo del mundo. Diferencias sociales, ambiciones contrapuestas y sentimientos ocultos son los principales ingredientes de esta historia romántica y dramática que se desarrolla en un convulso ... [+]
13 de diciembre de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no soy de aquellos que sienten una especial fascinación por el famoso barco. Sin embargo, las series de época con trasfondo histórico sí son de mi agrado, máxime si reflejan una época con particular encanto como este inicio del siglo XX. Además, quieras que no, el Titanic es todo un símbolo, una metáfora de una época bastante glamurosa ("La Belle Epoque") que se vino a pique, anticipando en dos años el desastre de la Primera Guerra Mundial, que sería el inicio del final de esta época dorada. Pues como decía, Ciaran Donnelly aprovecha la construcción del lujoso transatlántico para introducirnos en el Reino Unido, el Ulster concretamente, de la época. Una serie bastante correcta, formalmente impecable y con una gran ambientación y vestuario, pero que adolece de falta de profundidad y de garra a la hora de contarnos las múltiples historias que componen el relato. De este modo, entretiene pero dudo que pueda entusiasmar.

"Sangre y Acero" se esfuerza no sólo en juntar diferentes estratos sociales, conectados de algún modo por el Titanic, sino que trata de darle en trasfondo político y social que se agradece. Lo malo del planteamiento es que izquierdea notablemente, cosa por otro lado, bastante normal. Así, veremos la glorificación del movimiento laborista, de la lucha sindical, de las sufragistas o de la causa irlandesa. En cambio, los unionistas, los empresarios o las clases altas salen bastante mal paradas en este tendencioso retrato en el que directamente se les pone de malos, avariciosos, egoístas o fanáticos, lo cual es muy poco honesto. El grado de politización llega a tal nivel que en unas elecciones se establece la jerarquía de los personajes: los protagonistas buenos votan a los laboristas, los que están a medio camino, a los liberales y los malos, a los conservadores. Muy bonito. Claro que para bonito, en sentido irónico, el final que te deja con dos palmos de narices (SPOILER).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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