Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Sémele:
7
Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
11 de marzo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mayores aciertos de "Yo, Tonya", aparte de las notables interpretaciones de sus dos actrices protagonistas, es el extraordinario manejo de la levedad de una historial real y dramática a partir de un tono cómico y desenfadado, de una estética años 80-90 y de un guión eficaz que echa mano a un tono irreverente que hace más digerible lo dramático.

Es entrenida y amena, y nunca te da la sensación de que lo que cuenta resulte imposible de creer. Vale, podría ser que, en ciertos momentos, se caiga en lo esperpéntico o lo caricaturesco. Especialmente, en la caracterización de los personajes, en las escenas violentas o en las interpretaciones llevadas al extremo. Pero la inteligencia de la propuesta de Graig Gillespie está en que, bajo esa capa de comedia gamberra, se esconde un drama con muchas implicaciones emocionales.

Tonya Harding (espléndida Margot Robbie) es una chica joven que quiere triunfar en lo único que se le da bien: patinar. Tiene una familia poco saludable que poco o nada tiene que ver con la imagen que los Estados Unidos de América quiere proyectar como representación del país en los Juegos Olímpicos. He aquí el "error" de Tonya: tener una madre cabrona y un marido gilipollas. Además, de su condición humilde... Primera patada en el culo de los EEUU: Despreciar el talento a favor de las apariencias.

Segunda patada: lanzar a una genial patinadora al estrellato para después triturarla a merced de una polémica para llenar horas de telediario y programas de entretenimiento absurdo. La crítica que lanza la película no es tanto por lo que, supuestamente, hizo o no Tonya o su entorno, un acto que sería deplorable y que iría en contra del mismo deporte, sino por la facilidad con que se encubra a un ser humano por su innegable talento y luego, como un ídolo con pies de barro, se le somete a la trituración más denigrante, sin tener en cuenta la presunción de inocencia, por ejemplo. Eso es lo interesante: utiliza la historia de Tonya, llena de controversia, para golpear esa hipócrita manera de hacer.

Así Tonya, niña y joven maltratada, endurecida y luchadora se presenta con la dualidad de una deportista genial y de una mujer rota por ver su sueño destrozado en mil pedazos. Los fuertes siempre sobreviven, y la Tonya de Margot Robbie nos despierta cierta simpatía y compasión. Por ejemplo, frente al trato que recibe de su madre Lavona (estupenda Allison Janney), una cabrona a la que nunca se llega a odiar del todo gracias, en buena parte, por ese tono cómico con el que se impregna al personaje y por esa capa de perdedores con la que acertadamente se viste a casi todos. Mención especial también para Sebastian Stan que interpreta a Jeff, el marido de Tonya, que acierta en el tono de patetismo.

Las acrobacias y las piruetas en la pista de hielo son geniales y resultan tan creíbles como disparatadas las escenas entre los personajes más desatados o esperpénticos salpicadas de golpes, tiros, insultos y gestos para despertar la sorpresa en el espectador.

Margot Robbie está impresionante, y la prueba es su reacción al final, tras el veredicto (y no digo más). Es una gran actriz. Lo mismo que Allison Janney. Dos ases.

Por último, creo que si se hubiera hecho un drama biográfico, sería francamente insoportable. El tono de comedia ayuda a digerir una historia muy dura. Se agradece.
Sémele
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow