Esta serie se suma a la televisión con otra familia disfuncional, de esas que abundan en la pantalla chica, está vez el reparto lo encabezan dos mujeres, la genial Anna Faris y la no muy conocida Allison Janney (yo al menos la he visto muy pocas veces y solo como secundaria) que son sin duda el alma de la serie, sus actuaciones son magistralmente cómicas, constantemente se comen una a la otra robando la atención del espectador, pero eso si la más graciosa es Janney haciendo de abuela inmadura y desinhibida que se niega a dejar de ser una mujer joven capaz de disfrutar la vida y su sexualidad, por otro lado está la dulce Faris como hija y madre que trata de ser lo más sensata posible para poder criar a sus dos hijos y aguantar a su alocada madre que la ha dejado con más de un trauma que será bastante difícil de superar.

La historia no es nada original, como bien dicen es casi una versión femenina de “Dos hombres y medio” no por nada es de los mismos creadores, aun así la serie funciona, los personajes son carismáticos, los diálogos son graciosos con todo y su pasada de tono, y cada capítulo no es tan predecible como puede parecer, llegando a momentos de inusual ternura entre madre e hija, ya que con todo y lo tópico que sea la serie no todo lo que dice es basura o chistes pesados a mi parecer, las forzadas reflexiones o moralejas al final de cada capítulo que caracterizan a casi toda sitcom están esta vez bien justificadas.

No sé cómo llegue a responder el público, ni como vaya evolucionando la serie, pero quede gratamente sorprendido ante lo mediocre que parecía su capítulo piloto, la cosa va mejorando y el ultimo capitulo que vi me dejo con un muy buen sabor de boca.