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Voto de Sandro Fiorito:
7
Drama. Comedia Tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúnen en Cónclave para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la "fumata bianca" que indica que "habemus papam". Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la tradición, se asome a una ... [+]
17 de mayo de 2012
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Habemus Papam” se adentra en la Santa Sede con fina ironía, ofreciendo un abstracto y atípico reflejo de la vida dentro del Vaticano antes, durante y después del cónclave en el que se deberá elegir a un nuevo Papa tras el fallecimiento de Juan Pablo II. Pese al carácter de comedia de esta película, las formas de Nanni Moretti (“Querido diario“, 1993) en la dirección denotan respeto sobre el tema elegido y por ello el contenido nunca busca ser hiriente o demasiado provocador, aunque es entre líneas donde se pueden palpar sus críticas. Va más allá de la propia Iglesia y se convierte en un acertado retrato de la depresión vivida a través del padecimiento del nuevo Santo Padre, completamente desorientado e inundado por el miedo que le provoca la grandeza de su nuevo cargo.

Con una interpretación extraordinaria y profundamente sentida, Michel Piccoli encarna al afligido y asustado nuevo Papa, que parece preguntarse “qué he hecho yo para merecer esto” y cuya inestable pero fascinante personalidad ofrece desconcertantes golpes que dejan sorprendidos a los presentes. La película, que podríamos clasificar como una comedia muy negra, no divierte en demasía pero cuenta con buenos momentos muy capaces de hacer reír, que aparecen sin avisar para romper la estabilidad de un conjunto cuyo resultado obliga a preguntarse qué quiere decirnos exactamente. Cuál es la moraleja: la que debería ser la verdadera humildad de un Papa, un viaje a la depresión o a un confuso estado psicológico con todos sus efectos, el miedo del Vaticano a enfrentarse ante una situación insólita…


Las agradables partituras de Franco Piersanti (“La bestia en el corazón“, 2000) acompañan a una magnífica dirección artística y de vestuario que consigue una gran representación de las estancias vaticanas y las personas que las recorren, ya sean cardenales u otros religiosos, miembros de la Guardia Suiza, el preocupado portavoz de la Santa Sede (Jerzy Stuhr) o el psicoanalista que deberá estudiar el caso del Papa prácticamente secuestrado por los cardenales, interpretado por el propio Nanni Moretti (“Caos calmo“, 2008), que completa un elenco que da vida a multitud de personajes interesantes. La simpática absurdez de algunas de sus escenas se entrelaza con el sinsentido de otras más inocentes y de excesiva duración como un partido de voleibol que no sé sabe qué pinta en el metraje exactamente.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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