Media votos
6,9
Votos
1.957
Críticas
372
Listas
2
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Sandro Fiorito:
10
8,3
94.014
Drama. Comedia
'Cinema Paradiso' es una historia de amor por el cine. Narra la historia de Salvatore, un niño de un pueblecito italiano en el que el único pasatiempo es ir al cine. Subyugado por las imágenes en movimiento, el chico cree ciegamente que el cine es magia; pero, un día, Alfredo, el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvatore va creciendo y llega el momento en el que ... [+]
18 de abril de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya han pasado años desde que tuve la maravillosa oportunidad de ver una de las películas más apasionantes, profundas y repletas de belleza visual, narrativa y melódica que jamás he podido contemplar. Un nostálgico recorrido a través de toda una vida, la de Salvatore Di Vita (al que llaman Totò), primero un niño revoltoso a la par que encantador, después un adolescente fascinado por el mundo que empieza a comprender el significado del amor, y luego un adulto de hipnótica mirada que refleja el brillo de todo lo que añora, esos recuerdos maravillosos de momentos que ya no volverán. En todas esas etapas el corazón que bombea sus historias es el cine, visto aquí como una religión, una devoción a la que te entregas simplemente porque crees en ella, una pasión imperecedera, un arte que nos recuerda que el ser humano, detrás de toda su inercia auto-destructiva es también capaz de regalarse uno de los medios de transmisión de historias y sensaciones más extraordinarios que existen.
“Cinema Paradiso” es capaz de introducirte ‘tanto y tan bueno’ en la piel de su personaje principal que puedes llegar a sentir como propia la evolución de su vida a través de todas las etapas vitales, sintiendo incluso -vista por un público joven- la perspectiva de un hombre cuyo blanco cabello delata sus años. Giuseppe Tornatore (“La desconocida“, 2006) consigue mediante una magnífica dirección, trasladar a través del séptimo arte el verdadero sentido y auténtico valor de la vida, porque habla de toda ella de una forma anatómica y tocando prácticamente todas las vivencias más importantes que podamos llegar a protagonizar. El viejo cine de un pueblo de Sicilia (localizaciones llenas de belleza y encanto) se convierte en el epicentro y fábrica de emociones que transmiten todos los personajes que pululan por él. Lo divertido o entrañable se codea con lo más dramático, mientras un puñado de vecinos (inolvidables personajes culpables de todo tipo de anécdotas) se reúne semanalmente frente a su querida gran pantalla para transportarse a otro mundo a través de las películas que se proyectan, todas ellas sometidas a la censura que un capellán les aplica.
Conmovedora, llena de encanto y con un reparto inmejorable, “Cinema Paradiso” es la respuesta a muchas preguntas, es una invitación a abrir los ojos definitivamente y dejarse llevar tanto por la magia del cine como la de la propia vida. Obra maestra (y yo utilizo muy poco esta expresión) en la que su intensa concentración de emociones se va agitando durante todo el metraje para convertirse en un exquisito y oscarizado cóctel que nos hace recordar, sufrir y disfrutar.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
“Cinema Paradiso” es capaz de introducirte ‘tanto y tan bueno’ en la piel de su personaje principal que puedes llegar a sentir como propia la evolución de su vida a través de todas las etapas vitales, sintiendo incluso -vista por un público joven- la perspectiva de un hombre cuyo blanco cabello delata sus años. Giuseppe Tornatore (“La desconocida“, 2006) consigue mediante una magnífica dirección, trasladar a través del séptimo arte el verdadero sentido y auténtico valor de la vida, porque habla de toda ella de una forma anatómica y tocando prácticamente todas las vivencias más importantes que podamos llegar a protagonizar. El viejo cine de un pueblo de Sicilia (localizaciones llenas de belleza y encanto) se convierte en el epicentro y fábrica de emociones que transmiten todos los personajes que pululan por él. Lo divertido o entrañable se codea con lo más dramático, mientras un puñado de vecinos (inolvidables personajes culpables de todo tipo de anécdotas) se reúne semanalmente frente a su querida gran pantalla para transportarse a otro mundo a través de las películas que se proyectan, todas ellas sometidas a la censura que un capellán les aplica.
Conmovedora, llena de encanto y con un reparto inmejorable, “Cinema Paradiso” es la respuesta a muchas preguntas, es una invitación a abrir los ojos definitivamente y dejarse llevar tanto por la magia del cine como la de la propia vida. Obra maestra (y yo utilizo muy poco esta expresión) en la que su intensa concentración de emociones se va agitando durante todo el metraje para convertirse en un exquisito y oscarizado cóctel que nos hace recordar, sufrir y disfrutar.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Phillippe Noiret (“El cartero y Pablo Neruda”, 1994) deslumbra con el desgarrador papel de Alfredo, encargado del cine del pueblo al que el pequeño Totò visita continuamente (escaqueándose del control de su madre), lleno de fascinación por todos los entresijos de la maquinaria cinematográfica. Es imposible no querer atravesar la pantalla para poder dar un gigantesco abrazo a su afable personaje. También rayan a grandísimo nivel los tres actores que dan vida al bueno del citado Totò, Salvatore Cascio (“Están todos bien“, 1990), Marco Leonardi (“L’ultimo padrino“, 2008) y el inmenso Jacques Perrin (“La busca“, 1967).
Mención aparte (y todo lo especial que ésta pueda ser) para una de las bandas sonoras más prodigiosas que ha dado el cine (y LA música), a través de las partituras del inimitable genio italiano, Ennio Morricone (“El halcón y la presa“, 1966). El tema principal es absolutamente maravilloso, trascendente por todo lo que transmite y se disfruta, pero el conjunto de la banda sonora al completo es una verdadera maravilla, tan inolvidable y envolvente como todas y cada una de las escenas que componen esta reliquia inmortal, con menos repercusión de la que realmente merece. Si el cine enseña, si del cine se aprende, esta ha sido una de las películas más didácticas que he podido encontrar, pues con ella no sólo empecé a comprender el cine, sino que también aprendí a vivir.
Mención aparte (y todo lo especial que ésta pueda ser) para una de las bandas sonoras más prodigiosas que ha dado el cine (y LA música), a través de las partituras del inimitable genio italiano, Ennio Morricone (“El halcón y la presa“, 1966). El tema principal es absolutamente maravilloso, trascendente por todo lo que transmite y se disfruta, pero el conjunto de la banda sonora al completo es una verdadera maravilla, tan inolvidable y envolvente como todas y cada una de las escenas que componen esta reliquia inmortal, con menos repercusión de la que realmente merece. Si el cine enseña, si del cine se aprende, esta ha sido una de las películas más didácticas que he podido encontrar, pues con ella no sólo empecé a comprender el cine, sino que también aprendí a vivir.