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Voto de Sandro Fiorito:
8
Drama Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros ingleses se encuentra encarcelado en un campo militar del norte de África. Allí sufren la ira de un sádico sargento. (FILMAFFINITY)
19 de agosto de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sufrimiento, las injusticias humanas y el agotamiento físico y psíquico son elementos muy recurridos en el cine que por su complejidad son difíciles de ser transmitidos con éxito. En la cinta de Sidney Lumet “The Hill”, la prueba no sólo se supera con creces sino que su resultado se consolida como una base de lo que en el futuro daría más películas cuyo argumento mostraba las mismas intenciones. Soy defensor de las buenas presentaciones de todo personaje de una historia. En una película no pueden decirnos el nombre de fulano de tal y echar a correr con el argumento.

Aquí, conocemos a todo el grupo durante los primeros compases del metraje debido a una magistral presentación que consigue que aún mucho tiempo después de haber visto el film, recordemos las férreas personalidades de todos y cada uno de los involucrados en la trama. Y con esta mezcolanza tan descriptiva sobre los roles interpretados aquí, más todo un intencionado y conseguido agobio que se plasma en la atmósfera del film, comienza la película.

Nos encontramos durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, bajo el sol abrasador de una prisión militar del ejército británico, situada en El Cairo y encabezada por un cruel grupo de sargentos y un comandante de muy dudosa vocación. Soldados de distinto rango condenados a diversas penas son llevados ante el sargento jefe Wilson (Harry Andrews), quien después de una despótica e imponente presentación personal cuya principal intención es la de amedrentar a sus nuevos huéspedes, pasa la batuta a un todavía más desagradable sargento, Williams (Ian Hendry), quien se hace con la misión con la misma ansiedad y placer que un perro tentado por un hueso. El grupo de los prisioneros está formado por Joe Roberts (Sean Connery), un suboficial condenado por insubordinación sobre el que caen todas las miradas, al ser el tradicional personaje que llega con la estela de héroe y hombre de iniciativa; el desertor George Stevens (Alfred Lynch), que lo único que quiere hacer es volver a casa con su mujer; el orondo, cobarde, simpático y alegre Monty Barlett (Roy Kinnear), condenado por robo; un gigantesco Jock McGrath (Jack Watson) apresado por agresiones; y Jacko King (Ossie Davis), un negro cuyo color de piel le traerá más de una complicación en presidio.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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