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Voto de Sandro Fiorito:
7
6,0
222
Romance. Drama. Comedia
Al ganar un viaje para dos personas a un paradisíaco lugar, Marina descubre que no tiene con quién compartir su premio, por lo que decide invitar a un completo desconocido a viajar con ella. Juntos descubrirán que, para enamorarse, no importan los escenarios idílicos ni las situaciones ideales; si no existe la compatibilidad necesaria para amar, no habrá forma de mirarse a los ojos con amor... (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2010
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen drama romántico con disimuladas chispas de comedia que aporta originalidad y frescura al género gracias a la perspectiva de sus dos protagonistas, una pareja completamente aislada de una vida social activa, sin amigos o simples compañeros con los que poder salir a tomar algo o disfrutar de unos minutos de compañía. Como si fuese una fábula, ellos no se conocen de una manera corriente, pues el encuentro ocurre de forma casi obligada, impuesta por la dirección de Emilio Contreras, que pone en manos de una retraída Marina Farfán (Cecilia Suárez) el billete de un viaje para dos personas a una preciosa playa, que le toca en un concurso realizado por su empresa. Pero el paquete del viaje está adaptado al disfrute de dos acompañantes, por lo que Marina se decide a buscar pareja para su aventura. Tras fallarle todas las opciones deberá jugárselo todo a una carta con Víctor Mina (Enrique Arreola), un antiguo compañero del instituto que se encuentra por casualidad y del que no recuerda nada. Pese a la locura de delegar en un completo desconocido la posibilidad de ser su acompañante en el viaje a la paradisíaca Playa Salamandra, Marina y Víctor demuestran la cordura suficiente decidiendo planificar varias citas entre ambos, para conocerse más antes de partir. Y aquí es donde se pone toda la carne en el asador.
Gran parte de la película, especialmente su primera media hora, resulta un soplo de paz sobre el espectador, convirtiendo el silencio en la parte más fuerte de su guión y dejando en las miradas de los protagonistas y el ruido cotidiano (una máquina de café, una fotocopiadora, el murmullo urbano o el simple aleteo del viento) las formas expresivas más importantes del argumento. Y eso que el guión, no tiene desperdicio y se permite la autonomía suficiente como para invitar a la reflexión. El mensaje de esta cinta resulta poderoso y es un canto a la soledad más auténtica, pues no abarca sólo la sensación que ésta puede producir en alguien, sino que retrata con autenticidad las vidas de dos personas que comparten entre sí su destierro social y que se cruzan entre sí por casualidad, sabiendo ambos que lo único que tienen en la vida es, paradójicamente, el uno al otro.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
Gran parte de la película, especialmente su primera media hora, resulta un soplo de paz sobre el espectador, convirtiendo el silencio en la parte más fuerte de su guión y dejando en las miradas de los protagonistas y el ruido cotidiano (una máquina de café, una fotocopiadora, el murmullo urbano o el simple aleteo del viento) las formas expresivas más importantes del argumento. Y eso que el guión, no tiene desperdicio y se permite la autonomía suficiente como para invitar a la reflexión. El mensaje de esta cinta resulta poderoso y es un canto a la soledad más auténtica, pues no abarca sólo la sensación que ésta puede producir en alguien, sino que retrata con autenticidad las vidas de dos personas que comparten entre sí su destierro social y que se cruzan entre sí por casualidad, sabiendo ambos que lo único que tienen en la vida es, paradójicamente, el uno al otro.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sus interpretaciones, además, son estupendas. Cecilia Suárez y muy especialmente Enrique Arreola dan un recital de emociones visuales, con la tristeza y la marginación incrustada en sus rostros . Ambos conseguirán dar vida a una pareja inolvidable que, a pesar de la empatía que puede producir, patina en ocasiones por algunos descuidos de una dirección que a veces parece pretenciosa, creando situaciones demasiado obligadas, metidas hasta con cucharilla, predecibles o simplemente, sin la fuerza necesaria para el momento. Un hecho que a pesar de descafeinar las sensaciones que transmite la película, ni merma el interés por verla, ni consigue que el espectador no acabe con un agradable sabor de boca después de haberla visto. Las ventajas y todo lo bueno que tiene esta película supera con creces a todos sus defectos.
En lo que respecta a la banda sonora, quizá el tema que mejor dibuje el sentido de la película sea el “Where we had never gone” de Sébastien Schuller, que alterna su aparición con otras melodías que también se caracterizan por su ritmo sosegado y melancólico, que busca no romper la armonía copada por el silencio. Con todo, buen cine y gran demostración de calidad. Buen cine y una gran demostración de calidad.
En lo que respecta a la banda sonora, quizá el tema que mejor dibuje el sentido de la película sea el “Where we had never gone” de Sébastien Schuller, que alterna su aparición con otras melodías que también se caracterizan por su ritmo sosegado y melancólico, que busca no romper la armonía copada por el silencio. Con todo, buen cine y gran demostración de calidad. Buen cine y una gran demostración de calidad.