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España España · málaga
Voto de nachete:
6
Terror Mandy Lane (Amber Heard) es todo un amor, una tímida joven que despierta pasiones y que tiene a los chicos de su universidad salivando a su paso. Por el momento se ha mantenido alejada de la promiscuidad que reina a su alrededor, pero ahora Mandy y sus dos amigas acaban de aceptar la invitación a una juerga que se celebra en un rancho de Texas. Drogas, alcohol, sexo... En la fiesta no faltará nada. Ni siquiera unos cuantos cadáveres de ... [+]
31 de julio de 2010
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es una especie de variación teen, perversa y más o menos sofisticada de Repulsión (la aversión al sexo de Mandy Lane), en un marco de slasher de nuevo cuño que, valiéndose de un planteamiento formal de sensibilidad netamente posmoderna, intenta conectar esa vena de terror puro que la sostiene con una cierta reflexión sobre el angst adolescente contemporáneo que sorprende por inesperada, ahora que vivimos en unos tiempos en que tragedias como las de Columbine parecen explicar mucho mejor la anemia existencial de esta juventud ahogada en el vacío que decenas de tratados de psicológos y pedagogos.

Esta lectura puede sonar algo rebuscada, pero basta atender al modus operandi (indolente, amoral) del asesino y a la verdadera falta de motivación que inspira su masacre para darse cuenta de que algo hay de esa confusión y de esa rabia exorcizada a través de la violencia. Asimismo, la sensualidad de sus imágenes (excelente la fotografía de Darren Genet y la labor de montaje de Josh Noyes) nos remite a una fascinación por la incógnita teen, por su hedonismo desolado y vacío, propia del cine de Larry Clark, de quien parece asimilar el gusto por el gesto nostálgico y agridulce, por esas luces tristes de atardeceres y amaneceres.

Todo esto, no obstante, no debe hacernos olvidar que estamos básicamente ante un slasher de los toda la vida, rejuvenecido narrativa y estéticamente, sexy, perverso, violento (a ratos dolorosa, hipnóticamente violento) e improbable, con un personaje bombón -Mandy- al que uno no llega a conocer del todo, ni falta que hace. Pese a la narcótica plasmación audiovisual, pese a guiños y momentos incómodos que invitan a la reflexión, lo que finalmente cuenta es la diversión y poder pillarnos en un renuncio tan malicioso como absurdo. Incomprensible y divertido. Como la propia Mandy Lane, como la propia película, una pequeña gema lógicamente infravalorada.

Lo mejor: su tono sensual (un poco MTV, pero envolvente) y Amber Heard.
Lo peor: tomársela demasiado en serio (o demasiado en broma).
nachete
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