Es la segunda serie o miniserie que veo de Patrick Graham y reconozco que está me ha gustado un poco más que la anterior. En una distopía interesante como telón de fondo,describiendo una sociedad ultranacionalista en el que disentir con el gobierno puede ser muy peligroso, al final el que no opina lo que toca es un terrorista. Aunque lo que destaca en la historia es el miedo, la tensión y el ambiente malsano del centro de torturas, una especie de Guantanamo en pequeñito, gore bien dosificado,un par de sustos previsibles pero efectivos, personajes bien perfilados y una miniserie que fluye y se ve de un tirón.