Estaba el sábado en casa con dos niños, los miré de reojo y estaban más aburridos que una ostra, así que tuve la feliz idea de invitarlos al cine para pasar la tarde.

Llegamos y en las distintas salas solo destacaba Ratatouille, la había visto y tampoco me importaba volver a verla, así que los animé a que fuera la elegida. Pero ya sabemos todos como son los críos, si te empeñas en algo sales trasquilado y ante mi estupor eligieron Sigo Como Dios, y encomendé en ese momento mi alma al creador ¡Dios mío!

La sala estaba abarrotada de chavalines y sus familias, había ese ruidillo que montan en el cine los pequeños diablillos que a mi personalmente me gusta, así que me puse a verla como un niño más, que le vamos a hacer.

Pese a que me gusta el actor, pese a que los efectos de los bichos, la barca etc. están bien conseguidos. Pese a que alguna vez te ríes, más por lo tonto de la trama que por otra cosa, la película me pareció bastante flojita, pero, pero, pero…

De pronto me di cuenta de que me estoy haciendo mayor, estaba viendo la película con ojos de adulto, y así no se puede ir por la vida, y menos en una sala abarrotada de pequeños. Sus risas atronaban en el cine, y los más enanos flipaban cuando salían los animales. Miré a los dos que estaban conmigo y estaban alucinados.

No me gustó como ya he dicho demasiado la película, pero a ellos si, y yo disfruté de un rato súper agradable viéndoles tan risueños y felices, a veces hay que sacar el niño que uno lleva dentro y ser como ellos.

Por lo anteriormente expuesto la voy a dar un aprobadillo, película familiar, sin grandes pretensiones que hace pasar un rato agradable, por lo menos a los peques que es de lo que se trata.

A los dos que iban conmigo les encantó, sobre todo las tonterías de Steve Carell y los animalillos, salieron muy contentos del cine. ¡En fin! De eso se trataba ¿No?