Me gusta y mucho meter caña a las pelis que no me gustan, pero no me mola mucho alabar a las que me gustan, aunque esta vez lo voy a hacer. Amélie es de las pocas películas que he visto en mi vida con la intención de meterla caña cuando terminara de verla, y hacer rabiar un poco a alguna amiga que otra que me la habían recomendado vehementemente. Luego reconozco que me puse a verla con cierta maldad, en plan cabroncete.

Pero de pronto aparece la grandeza del cine y desde el minuto uno quedé prendado en las redes de Amelie, en su poética y en su surrealismo deslumbrante.

La belleza y el encanto que rezuma Audrey Tautou, parece hasta mentira que esta actriz sea la misma del código Da Vinci, con su humor, su sensibilidad y travesuras, inunda la pantalla completamente, además de estar guapísima la condenada ¡que narices!

Con un guión magnifico, alocado, que crea una serie de personajes irreales pero llenos de vida, a mi personalmente el cabrón del tendero me encanta, me reí mucho con él. Los actores muy acertados, muy bien elegidos, consiguen que te creas sus rocambolescos personajes y hasta que te identifiques con ellos, que pandilla más magistral.

Me sorprende bastante que el director sea Jeunet, ya que no me le imaginaba yo haciendo este tipo de películas, aunque se puede reconocer su estética, su poderío detrás de la cámara. De él había visto Delicatessen y la Ciudad de los niños perdidos, buenas pero irregulares y muy lejos en sensibilidad a Amelia.

Muy buena la música, la fotografía y la estética muy a la altura de Jeunet, magnifica película en absolutamente todo.

Un canto a la camaradería, como dicen por ahí, hacer el bien, por simplemente hacer el bien es un gran mensaje, ojala todos fuéramos un poquito Amélies

Spolier para el amigo Ralph