No suelo hacer críticas que tengan más de media docena de críticas, pero en ésta historia de época, historia de nuestra España, sí que me apetece hacerla. No sé si se ciñe mucho al libro en que se basa, o a la realidad, creo que no, pero tampoco me importa.

Detrás de un muy buen y adecuadísimo vestuario y un espléndido maquillaje hay un director de enjundia, y un elenco de actores que impacta. Hasta ahí parece que el éxito está garantizado. Pero no, ni mucho menos. La por entonces estrella singular de las pantallas en nuestro cine, la guapísima Aitana Sánchez, embellece el difícil papel que le toca, la afamada Duquesa de Alba, pero el resto se queda a años luz, y algunos, actores buenos de verdad, se quedan en nada en sus interpretaciones, como la de Jorge Perugorria, horrible de Goya, malísimo su papel, o la de Jordi Moyá, parecido, incluso la buena de Pe, nuestra Penélope, está irreconocible, y no creo que sea porque los personajes eran sí, es extremadamente imposible.

En esta historia Bigas Luna no sé muy bien que es lo que nos quiere contar o destacar, si esos amoríos de alcoba buscando la infidelidad más evidente o los secretos de estado ocultas tras esas tremendas cortinas, porque ni una cosa ni otra quedan meridianamente claros. Es lenta, parsimoniosa, repetitiva, muy aburrida, y es una pena porque contando con todo lo que habían puesto en el asado… la comida está sin una gota de sal. Película floja, siendo generoso, un 3.