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Voto de El malvado Carabel:
4
Drama Después de ser abandonado durante tres días por una madre adicta al crack, a Hendrix, un niño de siete años, lo encuentra una amiga que lo entrega a una pareja homosexual. Mientras que a la madre la obligan a seguir un tratamiento de rehabilitación, su amante, un traficante de drogas, intentará sacar partido del niño vendiéndolo a un matrimonio que acaba de perder a su bebé. La madre huye de la clínica para recuperarlo, pero las ... [+]
22 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine con temática lésbica, gay, transexual y bisexual (LGTB) se da la mano cada vez más con producciones enfocadas a un público general, no exclusivo LGTB, intentando ser más amable con aquellos no iniciados o no degustadores de estéticas y elementos que vienen grabados a fuego por la costumbre y uso de este cine LGTB para contar historias más universales y poder llegar a cines más convencionales y también a un publico menos localizado.

Pero opino que hay que encontrar el punto medio entre estos dos mundos cinematográficos expuestos, pues este film con buenas intenciones, puede que pensando en el producto comercial, está construido por tópicos de varios géneros, por lo que cae del lado del melodrama, del telefilm amable a veces, del cine social mexicano de mafias menos amable, del film por y para ser cine con mensaje moral, del cine LGTB... Pero nunca se va a mojar, no en la postura, si no en darle personalidad a la historia y como se cuenta.

De aquí surge el principal problema; la poca empatía del guión por las situaciones y la construcción de personajes. Se me hace casi imposible creerme que el puño del guionista y director, Gustavo Loza, sepa realmente de que habla, de las dimensiones reales que tiene el tema, del reto mental y moral que supone esto para gente de la vida diaria de un lado y del otro del tema, tampoco veo que se ponga "en el lugar del otro" y sepa que es estar realmente dentro de esas cabezas, de esos momentos, de esas decisiones tan complejas que se proponen. Es decir, la empatía se basa en presentarnos clichés, y eso no es empatía.

Una técnica cinematográfica poco pulida, aunque con buena ambientación, tampoco acaba por ayudar al conjunto del producto. Unos actores donde hay de todo (bien por la natural Ana Serradilla, mal por la elección del casting, si la hubo, del poco natural niño e hijo del director Bruno Loza) tampoco impresionan. Estructuralmente irregular y posiblemente mal copiada por la influencia del maestro Iñarritu (sobretodo Amores Perros) acaban por restar demasiado a las buenas intenciones.

Por último, un reclamo a ver la película puede ser la curiosidad de ver como se afronta el tema de la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual, ver como plantean la relación con el niño y ver sus consecuencias en cuanto a pros y contras. Pero tampoco se encontrarán grandes ejemplos ni lecciones porque el resto de temas le quitan tiempo a este, por lo que uno acaba preguntándose si el resultado final ha sido una cierta desmesura inconclusa.

Por lo menos no se le puede echar en cara de que sea un mal producto y se nos presenta decente y con la cabeza alta de lo que es, pero se hubiera agradecido algo más de trascendencia en el trasfondo para cinéfilos más inquietos.

Lo mejor: La honestidad en los valores que pretende inculcar sobre el espectador amateur en temas LGTB.

Lo peor: Que se sustenta de clichés mal encubiertos en cualquier tema o formalidades de la película.
El malvado Carabel
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