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España España · Sevilla
Voto de Seldon:
9
Cine negro. Thriller España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse no sólo a un cruel asesino, sino también a sus propios fantasmas. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2014
34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos referencias se viene inmediatamente a la mente después (e incluso antes) de ver La Isla Mínima: True Detective, la magnífica serie de la HBO, y el caso de las niñas de Alcasser. Puede que ambos casos los parecidos sean más superficiales que otra cosa, pero desde luego están ahí.

La Isla Mínima cuenta el la desaparición de dos niñas de un pueblo y su investigación por parte de un par de policías de caracteres opuestos.

Y ya desde el principio de la película, con espectaculares e inverosímiles (por lo poco vistas) tomas aéreas, queda claro que el paisaje, el entorno va a ser un personaje más de la película, y que esos engañosos y laberínticos paisajes que nos muestran son una especie de metáfora de la historia que nos van a contar.

No es que Alberto Rodríguez, el director, copie el argumento de True Detective, pero la coincidencia superficial si que está ahí. Sin embargo, Louisiana no es Sevilla, los pantanos que forma el Mississippi no son las marismas del Guadalquivir, ni True Detective es La Isla Mínima. Aquella es más perfecta, más redonda, pero esta tiene personalidad propia, y como tal debería ser juzgada y valorada, sin comparaciones para bien ni para mal.

La ambientación y el toque local están magníficamente conseguidos: aquí los personajes no beben bourbon, sino ginebra, no escuchan country sino a Baccara en la discoteca del pueblo y no van a un club de stripteas frecuentado por camioneros, sino al puticlub. La recreación de un tiempo (la transición, las huelgas, los viejos métodos y actitudes que se resisten a desaparecer...) y un lugar (un pueblo dejado de la mano de Dios, todavía en el subdesarrollo, los jornaleros del campo para la cosecha,...) está muy bien conseguida, y no sólo porque logren ser verosímiles enseñando los modelos de coches correctos para la época (si no sabéis cual es la diferencia entre un Dos Caballos y un Dyane 6, aquí la aprenderéis), sino porque consiguen una atmósfera opresiva, pesimista, de desesperación. Mujeres resignadas, jóvenes sin futuro que quieren abandonar el pueblo para tener uno, ferias de pueblo con sus casetillas para tirar con la escopeta de plomillos, jornaleros itinerantes que llegan para la cosecha y que se marcharán con ellas, obreros en huelga,...

Hay que reconocerles tanto a Javier Gutiérrez como a Raúl Arévalo que están magníficos en sus papeles de los dos policías tan –aparentemente opuestos- pero decía antes que el ambiente, el pueblo, marisma, es otro personaje más. El uso del paisaje como un recurso está muy conseguido, la lluvia, la marisma, persecuciones nocturnas por caminos de tierra,...

El resto de los actores me gustó menos, la verdad. Nerea Barros no está mal, pero no me la acabo de creer interpretando a la madre de las niñas. Y el papel de Antonio de la Torre como el padre y el barquero del pueblo no le da mucho para lucirse.

Luego está Jesús Castro, Quina, que repite exactamente el mismo personaje de El Niño, el chulito guaperas del pueblo, aunque aquí es un secundario, y que no se si es que no da para más y es que lo han encasillado o que simplemente no da para más y se limita a hacer de si mismo. También repite (de El Niño), Jesús Carroza, que ya es un secundario habitual de las películas de Alberto Rodríguez: aparecía en 7 Vírgenes, y también en Grupo 7. Pero aquí su papel de Guardia Civil local es tan corto que la verdad es que es difícil de juzgar.

Siempre es de agradecer que el cine español se atreva sin complejos con películas de género, y este director parece que va lanzado. Esta es una película policiaca, de cine negro más que un thriller, Es una película oscura, son prestamistas, con traficantes de droga, de abusos y de extorsiones, no sólo sexuales (esas son las más evidentes que se muestran), sino también de los poderosos, los caciques del pueblo contra los más humildes (que sólo se insinúan, apenas se dibujan). Creo que por el tema, y por la coincidencia de las niñas, las quinceañeras misteriosamente desparecidas, recuerda bastante el caso de las niñas de Alcasser. Por eso y por más cosas que dejo para el spoiler.


Si te ha gustado y quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/10/la-isla-minima-las-comparaciones-son.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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