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Voto de Seldon:
3
7,2
7.871
Drama
Weronika vive en Polonia y tiene una brillante carrera como cantante, pero padece una grave dolencia cardíaca. En Francia, a más de mil kilómetros, vive Véronique, otra joven idéntica que guarda muchas similitudes vitales con ella, como su enfermedad y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Krzysztof Kieslowski es uno de esos directores de Europa del este (Polaco por más señas) que hace películas poéticas, pausadas, trascendentes, melancólicas, que ganan siempre en los festivales de cine…[1]
Antes de ver esta película, yo no era neófito en la materia, ni mucho menos. Cuando se estrenó hace ya 20 años pasé por taquilla a ver Azul.[2]
Y luego seguí devorando las otras dos partes de su magna trilogía de los colores.[3]
Pero no quedó ahí la cosa. En un ataque de intrepidez y afán de culturizarme, me hice con El Decálogo, y una tras otra, me las vi, las 10.[4]
De ellas me llamaron la atención las partes 5 y particularmente la 6, y me enteré de que el propio director las había expandido y las había re-hecho como sendas películas.[5]
Así que, ávidamente, también me vi No matarás, y sobre, todo No amarás.[6]
Y hasta aquí llegué. Ahí me quedé.[7]
El siguiente paso lógico era La doble vida de Verónica.
La película es la historia de dos mujeres, Weronica en Cracovia y Veronique en París, muy parecidas, una pianista y cantantes de ópera, la otra profesora de música, que no se conocen entre ellas, pero que llevan existencias casi paralelas.[8]
Pero no se puede juzgar esta película sólo por su argumento.[9]
Tiene una atmósfera etérea e irreal, con una fotografía en tonos ocres y verdosos, haciendo un uso magistral de la luz…[10]
Y una magnífica música (operística) que está siempre presente (un poco como pasaba en Azul) y que se va repitiendo en las dos historias a lo largo de la película.[11]
El guión se centra en los silencios y en las elipsis para mostrar de los sentimientos íntimos de las protagonistas, sus temores, inseguridades y ansiedades.[12]
Con un ritmo cadencioso, pausado y melancólico vamos viendo como las dos Verónicas se sienten mutuamente, sin conocerse, como si llevaran existencias paralelas y estuviesen predestinadas.[13]
Parece que esta película es un prólogo, enigmático, lírico, misterioso a la trilogía de los colores posterior, que se desarrolla delicadamente con aires de cuento que trasciende lo etéreo y lo ultraterreno, en una comunión casi mística con lo inexplicable. Está llena de alegorías visuales que se intuyen más que se comprenden.[14]
Coincidencias inexplicadas y fortuitas (como la de la foto, en la que Veronique, turista de vacaciones en Polonia, fotografía por casualidad a Weronica) ven tejiendo una historia poética llena de metáforas, como la de la marioneta bailarina que con una pierna rota que se convierte en mariposa.[15]
Resulta difícil juzgar y puntuar una película de este estilo, basada más en pequeños detalles, en sutilezas (¡ese final tocando el viejo árbol!) en coincidencias fortuitas,… que en un argumento y una historia.[16]
Más en:http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/p/cine.html
Antes de ver esta película, yo no era neófito en la materia, ni mucho menos. Cuando se estrenó hace ya 20 años pasé por taquilla a ver Azul.[2]
Y luego seguí devorando las otras dos partes de su magna trilogía de los colores.[3]
Pero no quedó ahí la cosa. En un ataque de intrepidez y afán de culturizarme, me hice con El Decálogo, y una tras otra, me las vi, las 10.[4]
De ellas me llamaron la atención las partes 5 y particularmente la 6, y me enteré de que el propio director las había expandido y las había re-hecho como sendas películas.[5]
Así que, ávidamente, también me vi No matarás, y sobre, todo No amarás.[6]
Y hasta aquí llegué. Ahí me quedé.[7]
El siguiente paso lógico era La doble vida de Verónica.
La película es la historia de dos mujeres, Weronica en Cracovia y Veronique en París, muy parecidas, una pianista y cantantes de ópera, la otra profesora de música, que no se conocen entre ellas, pero que llevan existencias casi paralelas.[8]
Pero no se puede juzgar esta película sólo por su argumento.[9]
Tiene una atmósfera etérea e irreal, con una fotografía en tonos ocres y verdosos, haciendo un uso magistral de la luz…[10]
Y una magnífica música (operística) que está siempre presente (un poco como pasaba en Azul) y que se va repitiendo en las dos historias a lo largo de la película.[11]
El guión se centra en los silencios y en las elipsis para mostrar de los sentimientos íntimos de las protagonistas, sus temores, inseguridades y ansiedades.[12]
Con un ritmo cadencioso, pausado y melancólico vamos viendo como las dos Verónicas se sienten mutuamente, sin conocerse, como si llevaran existencias paralelas y estuviesen predestinadas.[13]
Parece que esta película es un prólogo, enigmático, lírico, misterioso a la trilogía de los colores posterior, que se desarrolla delicadamente con aires de cuento que trasciende lo etéreo y lo ultraterreno, en una comunión casi mística con lo inexplicable. Está llena de alegorías visuales que se intuyen más que se comprenden.[14]
Coincidencias inexplicadas y fortuitas (como la de la foto, en la que Veronique, turista de vacaciones en Polonia, fotografía por casualidad a Weronica) ven tejiendo una historia poética llena de metáforas, como la de la marioneta bailarina que con una pierna rota que se convierte en mariposa.[15]
Resulta difícil juzgar y puntuar una película de este estilo, basada más en pequeños detalles, en sutilezas (¡ese final tocando el viejo árbol!) en coincidencias fortuitas,… que en un argumento y una historia.[16]
Más en:http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/p/cine.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
[1] Vamos que mi amigo Kieslowski para estar hecho especialmente para mí: como anillo al dedo.
[2] ¿Y que pintaba yo en el cine viendo eso? Digamos que a las mujeres conviene contentarlas, y había una a la que yo quería contentar.
[3] O sea, me tragué también Blanco y Rojo. Curiosamente la que más me gustó (y tampoco para tirar cohetes) fue la que menos gusta a los amantes de la trilogía: Blanco.
[4] En una ataque de gafapastez totalmente impropio de mi, me metí entre pecho y espalda las 10 horas del Decálogo en una copia en versión original en polaco, subtitulada y con un segundo audio doblado en ruso. ¿Alguna vez habéis oído un doblaje soviético? Como dice el Nexus 6 en Blade Runner “Es toda una experiencia…”
[5] Aunque nuevamente la que más me gustó fue la parte 10, probablemente la que menos gusta a los fans… algo debía indicar.
[6] Aunque no están mal, curiosamente me gustaron más las versiones originales, más cortas, para TV. Por algo sería…
[7] Por algo sería... algo debía indicar, alguna pista debía dar.
[8] Con eso de “La doble vida” esperaba que la tal Verónica llevase una existencia secreta, no se, maestra modosita de música de día, striper de noche, o algo así, pero no…
[9] Entre otras cosas porque es tan escaso que el juicio acabaría pronto, y con una sentencia muy jodida…
[10] De hecho al principio pensé “vaya copia más perra me he descargado. ¿será esto un screener pestoso?”
[11] ¡Huy huy huy!… ¡qué bonita música!, ¡qué bonita fotografía!... ¡mal vamos cuando empezamos diciendo esto de una película (aunque lo de la música es verdad, hay que reconocérselo, es muy bonita).
[12] Claro, una falta tan absoluta de contenidos, de historia que contar, supongo que hay que enmascararla tras una música culta y una fotografía ocurrente. El problema no es que la historia sea lenta (que lo es), es que no hay historia, o por lo menos si la había, el amigo Kieslowski no parecía estar muy interesado en contármela.
[13] Sentí físicamente crecer el pelo de mi barba y aumentar la longitud de mis uñas. Experimenté por primera vez el efecto relativista de la dilatación del espacio-tiempo: para mi había pasado una eternidad, aunque para el resto del mundo sólo poco más de hora y media: Einstein tenía razón.
[14] Veamos,... sale una viaje acarreando bolsas de la compra (¡algo parecido a esto ya salía en el Decálogo Krzysztof!), pasa un tío en moto, ves un charco, vuelve a salir la vieja con las bolsas (¿o es otra?) ves las hojas caídas de los árboles, el cordón de un zapato que le envían por correo ocupa algunos minutos de la película, la luz del sol reflejada en la ventana de una casa vecina que la despierta, Veronique escucha una cinta misteriosa que le envían grabada con ruidos de pasos, una máquina de escribir, una estación de trenes (mira tu, esta parte tiene su puntito, aunque puestos a dar pistas misteriosas para encontrar a un desconocido, prefiero con diferencia como lo hacen en Amelie)
[15] A ver, tan torpe no soy ¿eh? Algunas las entiendo, como la del cordón de zapato sobre el electrocardiograma (la prota, bueno las protas, sufren de dolencias cardiacas y están relacionadas con la música. El electro y el cordón recuerdan a un pentagrama, digo yo) o la de las dos marionetas idénticas, porque el titiritero las usa mucho y se estropean fácilmente. Y si quisiera poesía, habría leído un libro de poesía, digo yo no, no visto una película.
[16] Si, efectivamente resulta difícil ¿le pongo un 1 ya que en el filmaffinity no existe el 0? Le pongo un 2 o un 3 porque al menos la música me gustó?
Por cierto, sobre coincidencias misteriosas y vidas paralelas recomiendo una película para TV llamada Mnemos que hizo Garci por lo misma época, de hecho creo que es hasta anterior. Tampoco se explica nada, pero tiene bastante más arte. Buscadla, merece la pena.
[2] ¿Y que pintaba yo en el cine viendo eso? Digamos que a las mujeres conviene contentarlas, y había una a la que yo quería contentar.
[3] O sea, me tragué también Blanco y Rojo. Curiosamente la que más me gustó (y tampoco para tirar cohetes) fue la que menos gusta a los amantes de la trilogía: Blanco.
[4] En una ataque de gafapastez totalmente impropio de mi, me metí entre pecho y espalda las 10 horas del Decálogo en una copia en versión original en polaco, subtitulada y con un segundo audio doblado en ruso. ¿Alguna vez habéis oído un doblaje soviético? Como dice el Nexus 6 en Blade Runner “Es toda una experiencia…”
[5] Aunque nuevamente la que más me gustó fue la parte 10, probablemente la que menos gusta a los fans… algo debía indicar.
[6] Aunque no están mal, curiosamente me gustaron más las versiones originales, más cortas, para TV. Por algo sería…
[7] Por algo sería... algo debía indicar, alguna pista debía dar.
[8] Con eso de “La doble vida” esperaba que la tal Verónica llevase una existencia secreta, no se, maestra modosita de música de día, striper de noche, o algo así, pero no…
[9] Entre otras cosas porque es tan escaso que el juicio acabaría pronto, y con una sentencia muy jodida…
[10] De hecho al principio pensé “vaya copia más perra me he descargado. ¿será esto un screener pestoso?”
[11] ¡Huy huy huy!… ¡qué bonita música!, ¡qué bonita fotografía!... ¡mal vamos cuando empezamos diciendo esto de una película (aunque lo de la música es verdad, hay que reconocérselo, es muy bonita).
[12] Claro, una falta tan absoluta de contenidos, de historia que contar, supongo que hay que enmascararla tras una música culta y una fotografía ocurrente. El problema no es que la historia sea lenta (que lo es), es que no hay historia, o por lo menos si la había, el amigo Kieslowski no parecía estar muy interesado en contármela.
[13] Sentí físicamente crecer el pelo de mi barba y aumentar la longitud de mis uñas. Experimenté por primera vez el efecto relativista de la dilatación del espacio-tiempo: para mi había pasado una eternidad, aunque para el resto del mundo sólo poco más de hora y media: Einstein tenía razón.
[14] Veamos,... sale una viaje acarreando bolsas de la compra (¡algo parecido a esto ya salía en el Decálogo Krzysztof!), pasa un tío en moto, ves un charco, vuelve a salir la vieja con las bolsas (¿o es otra?) ves las hojas caídas de los árboles, el cordón de un zapato que le envían por correo ocupa algunos minutos de la película, la luz del sol reflejada en la ventana de una casa vecina que la despierta, Veronique escucha una cinta misteriosa que le envían grabada con ruidos de pasos, una máquina de escribir, una estación de trenes (mira tu, esta parte tiene su puntito, aunque puestos a dar pistas misteriosas para encontrar a un desconocido, prefiero con diferencia como lo hacen en Amelie)
[15] A ver, tan torpe no soy ¿eh? Algunas las entiendo, como la del cordón de zapato sobre el electrocardiograma (la prota, bueno las protas, sufren de dolencias cardiacas y están relacionadas con la música. El electro y el cordón recuerdan a un pentagrama, digo yo) o la de las dos marionetas idénticas, porque el titiritero las usa mucho y se estropean fácilmente. Y si quisiera poesía, habría leído un libro de poesía, digo yo no, no visto una película.
[16] Si, efectivamente resulta difícil ¿le pongo un 1 ya que en el filmaffinity no existe el 0? Le pongo un 2 o un 3 porque al menos la música me gustó?
Por cierto, sobre coincidencias misteriosas y vidas paralelas recomiendo una película para TV llamada Mnemos que hizo Garci por lo misma época, de hecho creo que es hasta anterior. Tampoco se explica nada, pero tiene bastante más arte. Buscadla, merece la pena.