Si el público espera encontrarse con una película de miedo, se equivoca pues esta es otra más de esos films de "sobresalto". ¿Cuál es la diferencia? Es sencilla: el "sobresalto" es algo momentáneo, el miedo es algo que perdura, que permanece en nosotros infinitamente, algo que no olvidamos y que se hace presente en numerosas ocasiones. Se puede relacionar esta diferencia con la que existe, según Hitchcock, entre sorpresa y "suspense". Él dice que sorpresa es cuando vemos la imagen de dos personas hablando en un café y, de pronto, se produce una explosión, en cambio, si vemos a esas dos personas y la cámara nos muestra que debajo de la mesa hay una bomba, lo que se produce es "suspense" porque él público sabe algo que los dos personajes desconocen y está esperando expectante para ver qué sucede.
Bien, últimamente he visto El orfanato, REC y Saint Ange y todas son películas de "sobresalto" (ruidos de puertas chirriantes, vidrios que se rompen, objetos que se caen repentinamente, música y sonido que suben de volumen hasta ensordecernos, etc. etc. etc.
Señores, estos no son más que recursos baratos que nos sorprenden momentaneamente, que nos hacen sobresaltar por un instante y ¡nada más!
Estimados adolescentes que creen que el cine empezó cuando ustedes se sentaron por primera vez en una butaca, pregúntenles a sus mayores si alguna vez no han sentido miedo en la ducha o cuando han tenido que parar en un motel desconocido en una ruta perdida o si no los ha asustado una vieja con cara de loca que vive sola con su hermana lisiada (que nunca sale a la calle, por supuesto).
Es seguro que las respuestas que escucharán les darán miedo.