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Voto de Luis:
10
7,3
350
Aventuras. Drama
Cuando un crucero de lujo (el Crescent Star) se hunde al chocar contra una mina flotante, en un bote salvavidas de capacidad para nueve personas se refugian 26 supervivientes. Pronto se acaba el repelente de tiburones, se acerca un huracán, hay pocos alimentos y poca agua y, en estas circunstancias, no queda más remedio que decidir sobre quién se queda y quién debe abandonar el bote. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2018
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
A nadie decepcionará este film sobre un trágico naufragio en el mar. Narrado con concisión, excelentes planos y buena dirección de actores, se consigue un adecuado ambiente y una tensión dramática maestra. Destaca Tyrone Power en su antipático papel. Y a pesar de la limitación de medios, los efectos especiales son de calidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Basado el film en un hecho real, se nos narra el naufragio de un transanlántico a causa del choque con una mina. Los 27 supervivientes sólo disponen de una barca para nueve pasajeros, de manera que han de hacer turnos para ocupar el bote, mientras los demás han de esperar en el mar, colgados de la barca. Varios de los naúfragos están gravemente heridos, sin posiblidad de cura; los tiburones atacan; y el cielo amenaza pronto con desencadenar una tormenta.
Con estos ingredientes, el guionista y director, Richard Sale, expresa la conducta humana en situaciones límite. Ya que el dramático peligro crea un abanico de actitudes, desde el sacrificio por el prójimo a la crueldad, pasando por el fatalismo pesimista y la fé en la salvación.
Lo más extraordinario del film es la decisión que se ve obligado a tomar el oficial que gobierna la barca. Ha de elegir entre la posible muerte de todos o la salvación de unos a costa de otros. Este es el momento cumbre de la historia, el que provoca en el espectador angustia e incluso indignación.
El director nos dice claramente que sólo la ley de la fuerza, por inmoral que sea, puede imponerse en una situación tan trágica. Y lo dice con un guión, un estilo narrativo y una ambientación tan logrados que ni Buñuel consiguió en ninguna de sus películas desencadenar sentimientos tan furiosos.
La película podrá entusiasmar o desagradar, pero a nadie le dejará indiferente. No aburre un segundo. Y el cinéfilo más perspicaz comprenderá que a través del relato de una catástrofe se nos está dando un símbolo de la inevitable ambigüedad de la moral humana. Sale, en suma, resume su obra maestra ignorada en el concepto: la necesidad obliga a la injusticia.
Con estos ingredientes, el guionista y director, Richard Sale, expresa la conducta humana en situaciones límite. Ya que el dramático peligro crea un abanico de actitudes, desde el sacrificio por el prójimo a la crueldad, pasando por el fatalismo pesimista y la fé en la salvación.
Lo más extraordinario del film es la decisión que se ve obligado a tomar el oficial que gobierna la barca. Ha de elegir entre la posible muerte de todos o la salvación de unos a costa de otros. Este es el momento cumbre de la historia, el que provoca en el espectador angustia e incluso indignación.
El director nos dice claramente que sólo la ley de la fuerza, por inmoral que sea, puede imponerse en una situación tan trágica. Y lo dice con un guión, un estilo narrativo y una ambientación tan logrados que ni Buñuel consiguió en ninguna de sus películas desencadenar sentimientos tan furiosos.
La película podrá entusiasmar o desagradar, pero a nadie le dejará indiferente. No aburre un segundo. Y el cinéfilo más perspicaz comprenderá que a través del relato de una catástrofe se nos está dando un símbolo de la inevitable ambigüedad de la moral humana. Sale, en suma, resume su obra maestra ignorada en el concepto: la necesidad obliga a la injusticia.