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España España · Tramacastiel
Voto de Luis:
6
Comedia Un grupo de turistas americanas hace un viaje por Europa, que prevé la visita de una capital por día. Al llegar a París, se dan cuenta de que el aeropuerto es exactamente igual al de Roma, de que las carreteras son idénticas a las de Hamburgo y que las farolas guardan un curioso parecido con las de Nueva York. En resumidas cuentas, el escenario no cambia de una ciudad a otra. Y ya que no pueden conocer París, se conformarán con pasar ... [+]
28 de julio de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Play Time" no es "Mi tío". Ni "Las vacaciones de Mr. Hulot". Apenas hace reir. Y se encuentra en el film poca poesía. Resulta atractivo el intento de satirizar la tecnificación de todo, pero el intento no se logra. Se diría que el tema del cual el realizador trata de burlarse le puede. En "Play Time" Mr. Hulot tiene poca gracia e incluso se mueve entre incongruencias. Acude a un racionalizado edificio de cristal a recoger un paquete (¿Correos. mensajería?) y ni hay cola, ni mostrador. Más bien parece que vaya a solicitar un empleo en una multinacional de extraños pasillos desiertos. Hulot se pierde, se sale de la torre de cristal y entra en una exposición de productos tecnológicos sin que venga a cuento. Así nos puede presentar, forzando el guión, productos ridículos como unas gafas que se levantan hacia arriba o una escoba con focos para iluminar debajo de los muebles.
Nada de todo eso convence, como tampoco los pintorescos personajes alienados en inmensas oficinas. Las imágenes son impecables, muy estéticas, pero su carga crítica resulta tímida, sin esos gags de películas anteriores.
Mejora la historia en el night club estrenado antes de acabarse las obras. Aquí si se producen situaciones graciosas que pretenden evidenciar la prisa de nuestra época y la mediocre vanidad de la burguesía. Pero son chistes aislados en un océano de detalles poco inspirados. Ocurre como al principio del film, cuando se nos quiere confundir sobre el edificio en que nos encontramos.
Tati detesta con razón la falta de belleza de "la modernidad" y cómo el acero, el cristal y las máquinas ahogan hasta los monumentos de París. También satiriza la norteamericanización de Francia, en secuencias como la del amigo que invita a Hulot a su casa y nombra las cosas en inglés, con lo que el otro no entiende nada. Y tambiem como la del arquitecto del club que no sabe manejar los mandos del aire acondicionado por estar todo en ese idioma. El mismo título del film es una palabra inglesa. Y muchos de los objetos que desfilan a modo de innovaciones.
La queja contra esa anglosajonización se percibe mejor en la versión original francesa con subtítulos en español. En la castellana se diluye.
Es muy difícil reirse de lo que triunfa y gana la voluntad de todos: el turismo, la droga televisiva, la frialdad del mundo de los negocios, la más fría aún estética de la arquitectura moderna, la electrónica (hoy sería la informática), los drugstores e incluso los atascos de tráfico. Para una fuerte individualidad como la del director franco-ruso cualquier masificación y uniformización de la vida significa rebajarla de valor y sabor. Pero precisamente porque ese modelo automatizado de sociedad se ha impuesto es por lo que se requiere más talento para ridiculizarlo.
En "Mi tío" este autor sí consiguió oponer con brillantez la hermosa espontaneidad de la vida a su insípida racionalización a la búsqueda de una falsa perfección. En "Play Time" no.
Luis
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