Película no demasiado conocida en las carreras de los implicados, pero que una vez vista creo que merece echarle un vistazo por las caras conocidas como Lee Marvin, Vera Miles, Peter Graves (¿te gustan las películas de gladiadores?) o Murray Hamilton (el alcalde de la isla de Amity en 'Tiburón') más la presencia en la banda sonora de un aún no conocido John Williams, aquí acreditado como Johnny Williams.

Sobre Lee Marvin recae toda la historia. Interpreta a un sargento estadounidense acusado de traición en el que todas las cartas parecen ya jugadas y no le queda más que esperar una inevitable sentencia a muerte. Será una insistencia de su misma esposa la que le lleva jugar una última baza por parte del abogado de la acusación que ahora hará de abogado defensor.

Durante el transcurso de este nuevo juicio se irán viendo las costuras a la película y se verá por cual dirección van tomando los acontecimientos tomando de fondo un sistema legal defectuoso. Dicha reflexión sobre los mecanismos legales son el mayor valor del filme, ya que por lo demás no hay virtudes más allá de ver a los nombres conocidos ya mencionados y alguna sorpresa añadida que da el largometraje entre los mismos personajes.

A pesar de que su mayor fuerza es el guion y los actores, en este caso es valor más que suficiente porque solo con esos elementos sale adelante esta producción. Una producción semidesconocida cuya etiqueta de poco famosa no significa, per se, que sea mala. No es ni mucho menos una obra maestra (incluso se queda lejos del notable bajo), mas es un visionado que no hace perder el tiempo.