El escape a otro mundo se utiliza como elemento de desarrollo individual, como ya ocurría en "El viaje de Chihiro", la diferencia aquí es que las intenciones son claras. Es el mundo de las ideas, inteligible, la realidad que abre la puerta a todos los mundos. Allí todo objeto del mundo real tiene su correspondiente idea, pero esta última es perfecta. Como ocurre con los periquitos casi humanos, que al salir de ese mundo hacia lo "real" se ven transformados en simples pájaros. Himi es la idea de la madre de Mahito, que con el fuego, catártico y purificador, curará el trauma que el niño tiene con la muerte de esta. La garza actúa de puente entre ambos mundos, como símbolo de armonía y transformación.

Todo el orden de esta ensoñación proviene de una inteligencia ordenadora, la de su tío-abuelo, que al descubrir este mundo decide quedarse en él. Siente que el fin está cerca y busca a un sucesor. Aquí es donde se ve claramente el paralelismo con Miyazaki, del cual ya nos han ido dando pistas durante toda la película en forma de detalles autobiográficos (como el padre, que trabaja de ingeniero fabricando aviones). Pero nadie puede sustituir a Miyazaki y el lugar desaparece de nuestra vista con él.

Mahito abandona este pasaje y tiene que olvidar todo lo que ha conocido. Todo el mundo lo sabe todo desde que nace, lo único que tenemos que hacer es recordarlo.
"Te acuerdas del sitio que acabamos de dejar"
"Claro"
"Pues olvídalo"

Una obra maestra.