No me esperaba nada de una película destinada a la televisión por cable y sin embargo había oído que no estaba mal así que decidí verla. Al final me llevé una grata sorpresa con un digno film del oeste interpretado por un reparto lleno de caras conocidas, entre ellos Mickey Rourke, que realiza uno de sus mejores trabajos cuando ya iba cuesta abajo y sin frenos.

Encarna a un oficial confederado que junto a sus antiguos hombres se dedican a robar bancos. Es un hombre cruel y despojado de humanidad debido a que perdió a sus hijas y a su mujer en la guerra, sin embargo, su locura y sadismo cada vez van a más y después de asaltar un banco, cuando decide abandonar a un miembro de la banda malherido, sus hombres se rebelan y disparándole le dan por muerto. Pero no muere y tras ser detenido por los cazarrecompensas se ofrece a ayudarles para perseguir a sus antiguos compañeros.

La cinta cuenta con un guión del siempre interesante Eric Red que narra una historia que mantiene el interés y está contada con ritmo. Los actores están bien caracterizados a nivel de vestuario y maquillaje y en general, la película está bien hecha. A parte de Rourke, me quedo con el papel que interpreta Dermot Mulroney cuyo trabajo también es merecedor de elogio.