Discreta secuela en la que un comando de mercenarios tiene la misión de rescatar a Rudolf Hess de la prisión de Spandau en Berlín. Scott Glenn lidera el grupo secundado por un simpático Edward Fox en el que fuera uno de los últimos trabajos del veterano Laurence Olivier. En el reparto también figura la guapísima Bárbara Carrera cuya carrera comenzó a decaer después del fracaso de esta película.

Me ha parecido muy aburrida, se pierde demasiado tiempo contando los preparativos para rescatar al prisionero y la acción se hace de rogar y cuando llega resulta bastante pobre. Se pretende hacer creíble la trama con un guión supuestamente riguroso, pero al otras veces inspirado Reginald Rose se le ve perezoso esta vez. El mayor atractivo de la cinta es que está rodada en el Berlín de antes de la caída del muro.