A comienzos de los ochenta se rodaron varias producciones canadienses de terror interesantes como, El tren del terror, Al final de la escalera, Un san valentín sangriento o ésta que nos ocupa entre otras.

Angustia en el hospital central la protagoniza un joven Michael Ironside con pelo que encarna a un psicópata atormentado por los abusos que sufrió por parte de su padre cuando era niño. Esto le lleva a cometer asesinatos de mujeres a las que fotografía agonizantes para completar su particular albúm macabro. Un día se fija como objetivo a una periodista que defiende los derechos de las mujeres maltratadas y que le cae particularmente mal. A partir de ese momento no dejará de acosarla.

La mayoría de la trama transcurre en un hospital en la que la periodista está ingresada a consecuencia del ataque del psicópata. Tiene un ritmo un tanto desigual lo que hace que sea un poco lenta en algunas secuencias en las que aparece el asesino pero por lo demás se deja ver con agrado, sobre todo por la imponente presencia del inquietante Ironside. Solo por verle hacer de maníaco ya merece la pena ver la película. Nadie más idóneo que él para dicho papel.