Jennifer López siempre me ha parecido una gran actriz además de una sex symbol pero ha desperdiciado su talento en multitud de películas mediocres, ésta no es el caso. Aquí interpreta a una psicóloga que se ofrece voluntaria para penetrar en la mente de un asesino a través de un sofisticado programa y descubrir dónde se encuentra una de sus víctimas cuya muerte parece inevitable.

El argumento es bastante convencional y el guión deja a un lado el suspense de la trama para centrarse en la mente del asesino. Un escenario mostrado de manera original e imaginativa gracias a un brillante diseño de producción, un meritorio maquillaje recompensado en su día con una nominación al Oscar y el vistoso vestuario obra de la oscarizada Eiko Ishioka. Las imágenes y la fotografía resultan espectaculares sin embargo se pone demasiado acento en el envoltorio y se descuida un tanto la historia que al final se vuelve rutinaria. No obstante eso no es óbice para restarle méritos a una película original en la que destacan también las interpretaciones de un inmenso Vincent D´Onofrio muy dado a este tipo de papeles y la guapísima Jennifer López. Un 4,8 para esta película me parece injusto.