En su día pasó sin pena ni gloria esta estimable producción terrorífica ambientada en el siglo XIX producida por Mel Brooks y protagonizada por un elenco de actores británicos de primer orden.

Cuenta la historia de un ambicioso doctor que denuncia el oscurantismo y las trabas legales de la época para experimentar en medicina con cadáveres. De manera que contrata a gente para que robe cuerpos del cementerio con los que poder trabajar. Sin embargo un par de borrachos sin escrúpulos empezarán a matar a personas para vender los cadáveres al doctor que los prefiere recién muertos porque le sirven mejor para su propósito.

Tiene una cuidada ambientación, una hermosa banda sonora y lo que narra lo cuenta bien, sin embargo la trama me sabe a poco. Me hubiese encantado darle mayor nota pero me quedo con ganas de más.

Me gusta el dilema que plantea entre los obstáculos al progreso científico y las consecuencias de valerse de cualquier medio para lograr dicho progreso.