Película basada en un suceso real cuando los marines americanos intervinieron en Somalia para derrocar al dictador Aidid. Sin embargo las cosas no salieron como querían y lo que iba a ser un camino de rosas se convirtió en un verdadero infierno para los marines perdiendo dos helicopteros y 19 hombres. Al mismo tiempo que los soldados mataron a más de 1000 somalíes.

Estamos ante una apasionante película bélica perfectamente extrapolable a las intervenciones de Estados Unidos en Irak o Afganistán. De hecho, cuando se estrenó la película, los marines vivieron una situación similar en las montañas de Afganistan.

El gran Ridley Scott volvió a dar en la diana del exito con esta superproducción taquillera que le supondría una nueva nominación al Oscar. Un reparto coral lleno de actores conocidos, algunos de los cuales eran casi unos principiantes que poco a poco han ido forjando su estatus de estrella.

La película nos muestra la guerra desde dentro sin moralismos, ni discursos filosóficos. Y trata de ser lo más fiel posible a una situacion de combate real. Es decir, de reproducir de forma fidedigna lo que tuvieron que pasar los soldados mejor preparados del mundo en una situación límite. Con unos espectaculares efectos especiales y un demoledor sonido parece que estamos en el centro mismo de la batalla. Acojonante.