Bueno... ¿qué se puede decir? Pajares liga aquí más que nunca (si me dicen que en los 80 era el hombre más deseado de España me lo creo y todo), Esteso sigue en su papel de zoquete (no sabía hacer otro) y Antonio Ozores con su gracia característica (¿para qué cambiar?).
Aquí son unos timadores de poca monta que engatusan a pardillos en la Costa del Sol y acaban haciendo el capullo en un casino al lado de un cargante barbas que resulta ser millonario. Todo en la línea habitual, pero con más desnudos gratuitos y con más tufillo machista que nunca. Imagino que había que llenar un poco de metraje porque con el guión andaban algo justillos. Pero, ¿qué puede hacerse en estos casos? Veamos:
COSAS QUE HACER CUANDO HAY QUE RELLENAR METRAJE (algunos ejemplos):
1) Caer sobre una chavala en pelotas. Cualquier excusa es buena. Hay que aprovechar que dentro de plano hay una tomando el sol... ¡y ya está!
2) La chica no está en pelotas, pero eso no es problema: se le quita la ropa y tan contentos. ¿Sabes lo bueno? ¡Que ella incluso se deja magrear y no protesta!
3) Nos sacamos de la manga una sesión de fotos de carnet con dos guiris. Ellas acaban completamente desnudas y Pajares arrancándoles un pelo púbico (que es lo lógico en éstos casos).
spoiler:
Fernando Esteso lanzándose por el tobogán del Aguapark con la cámara en ristre haciendo como que fotografía culos. Llega abajo y con la cámara empapada sigue como si nada. Olé sus huevos.