No me ha enganchado la peli como a algunos críticos, quizás porque me resulta muy difícil escaparme de las normas de los géneros cinematográficos. A ver, si yo voy a una película de ficción me presto a ver cualquier cosa, pero si entro a un cine a ver una de género histórico, lo que pienso es que voy a ver un relato (interpretable, como ocurre con todo hecho histórico), pero que va a combinar una buena parte de historia real con adornos de ficción para hacer más sugerente la historia, a menudo más sosa que lo que el director puede desear.

Cuando se habla de personas reales, a mí se me hace poco honrado cambiarles su identidad. Al fin y al cabo, el cine crea imágenes en nuestras mentes que, a menudo, son la única referencia que nos llega de personas pasadas, y no se merecen perdurar en el tiempo con una imagen alejada de la real por el mero hecho de que el guionista necesita un guión impactante.

No. No había conejos en la cámara real... (spoiler)