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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Drama Edipo, hijo de Layo y Yocasta, reyes de Tebas, es abandonado de niño para que se muera, al conocer por una profecía que será el asesino de su padre. Pero el niño es salvado y adoptado por el rey de Corinto. Sin conocer sus orígenes, regresa a Tebas cuando ya es adulto y se cruza en su camino con Layo. Tras una discusión, lo mata, sin saber que era su padre. Posteriormente contrae matrimonio en Tebas con la viuda del rey, es decir, su propia madre. (FILMAFFINITY) [+]
3 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director italiano Pier Paolo Pasolini elaboró su versión de la clásica tragedia griega en 1967, probablemente la versión más lograda de la historia de Edipo, Layo y Yocasta en la historia del cine. ¿Qué es lo que puede comunicar hoy una historia antigua?

Por Nicolás Bianchi

El neorrealismo italiano surgió luego de la caída del gobierno fascista que lideraba Benito Mussolini, como respuesta estética y artística al cine musical, rimbombante y presuntuoso de aquellos años. La Italia de la post guerra estaba atravesada por la destrucción, la muerte y la pobreza. Los directores Roberto Rossellini, Luchino Visconti y Vittorio de Sica fueron los primeros y más destacados exponentes de una tendencia que buscaba reflejar los conflictos sociales con crudeza. En el plano narrativo las emociones de los personajes pasaron a primar por sobre otros elementos de la trama, por ello es común encontrar primeros planos de rostros ajados por el dolor, la tristeza o la angustia. También se hizo frecuente la utilización de “personas comunes” en vez de actores para varios roles, lo que marcó una vocación prácticamente documental.

A fines de los años 50 comenzaron a producirse otro tipo de relatos a los que se denominó post neorrealistas o, mejor, surrealistas. Federico Fellini es uno de los exponentes más importantes, por ejemplo. Las historias ya no necesariamente tenían que tener un componente trágico tan exacerbado sino que podían investigar otras formas narrativas, más lúdicas, algunas vinculadas con el absurdo.

El director italiano Pier Paolo Pasolini combina en su obra elementos de ambas tendencias, lo que se puede apreciar en su versión de Edipo Re (1967), basado en la tragedia clásica escrita por el dramaturgo griego Sófocles en el siglo V a.C.. Como la obra original tiene unos 2400 años y la película es fiel a ella en su estructura fundamental, la noción de spoiler en el comentario de la película queda un tanto difuminada.

La obra de Pasolini comienza y termina en el presente, mientras que el desarrollo de la historia sucede en la Antigüedad, entre Tebas, Corinto y los caminos de la Grecia mítica. Edipo nace hijo de un soldado italiano, en lo que parecen ser los momentos previos al fascismo en el Reino de Italia. La profecía, que dice que ese niño le quitará el amor de su mujer, se le anuncia a su padre de manera divina, se puede colegir, ya que en pantalla se muestra a través de un texto en una placa. Pasolini prácticamente va a prescindir de los diálogos en su narración, que por momentos parece regirse por las normas del cine mudo. Lo que más se escucha de sus personajes son gritos, gruñidos, risotadas o llanto, depende de la situación. Las actuaciones tienen mucho de expresión teatral, son arquetípicas. La banda de sonido de la película parece experimental, con muy poca melodía, son sonidos rítmicos que marcan la procesión de Edipo por los polvorientos caminos de su derrotero.

Una interpretación posible de la elección de Pasolini de situar el comienzo y el fin en el presente, o sea en el siglo XX, es la intención de resaltar lo que hay de atemporal, de valedero para cualquier momento en el relato de Sófocles. El poder de las profecías para modelar el destino de los hombres y llevarlos a la tragedia es uno de esos elementos. La primera profecía lleva a los padres de Edipo, Yocasta y Layo, al abandono de su hijo. La segunda, la que se le revela a Edipo, lo lleva a él a escapar de la que él creía era su familia biológica. Por último, la tercera resulta en que Edipo descubra que ha matado a su padre y que está casado con su madre. Se puede notar, en Pasolini, la intención de señalar al poder y a la religión como los urdidores de esas influencias pervertidoras.

El papel de Edipo fue interpretado por Franco Citti, uno de los actores preferidos por Pasolini. Flaco, desgarbado, moreno y con un rostro muy expresivo, Citti se aleja por completo de los actores hercúleos que por esos años Hollywood elegía para los dramas bíblicos. Silvana Mangano interpretó a Yocasta, caracterizada como una mujer bellísima e intrigante, con el rostro siempre blanquecino, lo que le dio un aspecto inmaculado y virginal.
El Golo Cine
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