Si vas con tu pareja al cine (y más si eres hombre) a ver una comedia romántica no te esperas mucho. Este subgénero nos ha acostumbrado (maldita Meg Ryan!) a tramas infumables y almibaradas que empachan al más romántico. Sin embargo este subgénero da sorpresas como "Un engaño de lujo".
Está claro que no es un peliculón pero precisamente por esa falta de ambición es muy efectiva. Logra mezclar el romanticismo, en su justa medida, con un humor fino y sofisticado. Lejos quedan los argumentos risibles y los finales moralizantes de otras comedias románticas.
Mención especial al duo protagonista, perfecto él, al inteligentísimo giro de guión y a la música.
Como nota negativa debemos reconocer que hay veces que se hace un poco repetitiva.