Interesante película sobre un experimento que nadie debería hacer: filmar a amigos y familia sin que ellos lo sepan. El mundo sería el caos si todos supiéramos lo que la gente a la que más queremos hace o dice a nuestras espaldas. Pero Jude lo hace; deja como testamento a sus amigos y a su mujer una película en la que muestra lo que todos hacen a escondidas, lo peor de cada uno. Porque nadie sale bien parado. Curioso resulta que los personajes que interpretan Jude Law y su ex-mujer, Sadie Frost (la sensual Lucy del Drácula de Coppola), se llaman igual que ellos: Jude y Sadie. Quizá la película haya sido hecha exactamente como parece: con poca pasta y entre amigos. No es un peliculón, pero sirve para pasar el rato. Y para reflexionar sobre la cantidad de verdad que podemos soportar.