Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de jokinr:
8
Ciencia ficción Año 2020. Vivimos la mayor crisis global que jamás haya conocido el planeta. Paco y Miguel, dos guardas de seguridad, llevan 8 años trabajando en una enorme fábrica cerrada donde nunca han intercambiado palabra, solo los turnos. Un día son despedidos y deciden construir una máquina para viajar a otros mundos. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno no puede por menos que echar en falta a aquel público de la SEMINCI de hace veinte años, época en la que empecé a abandonar mi ciudad algunos finales de octubre para asistir a uno de los mejores festivales cinematográficos del mundo, que sabía apreciar no sólo el buen cine sino también aquél que sin quizá llegar a cierta altura, sabía arriesgar y apostar, a veces con éxito, a veces no. Hoy, buena parte del público de esta SEMINCI (lo mismo pasa en San Sebastián), está compuesta por una chiquillería veinteañera cuyos horizontes cinematográficos no van más allá de "Regreso al futuro" y que consideran las obras de John Ford o de Visconti como si fueran el praxinoscopio o el mutoscopio y a las series yanquis como la biblia de la imagen en movimiento. Con este bagaje cultural cinematográfico no es de extrañar que una buena parte de la platea se fuera durante la proyección de esta película en el festival pucelano y que otra buena parte, que no tuvo la deferencia de ausentarse, la pateara. Yo he sido uno de los pocos a los que, al parecer, ha gustado este filme. Y no sólo me ha gustado sino que lo he encontrado un ejercicio de inteligencia, sensibilidad, humor y surrealismo muy bien trabado. Cada plano está pensado y ejecutado al milímetro (cierto que no siempre con la misma eficacia) y su manera de narrar la peripecia, que resulta por otro lado una perspectiva originalísima de abordar esta crisis que estamos padeciendo, es más que singular. Yo me lo he pasado en grande y echo de menos este tipo de apuestas que son muy necesarias para el cine no sólo español, sino mundial. Desde aquí reclamo al público joven de esta Seminci y también de Zinemaldia que se ilustre un poco y que se empape de cine, desde aquél que hacía Reynaud con unas plaquitas de cristal antes de que los Lumière dieran el campanazo con su cinematógrafo, hasta lo que se está haciendo hoy día en cualquier parte del mundo (y no sólo en Yanquilandia).
jokinr
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow