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Voto de sankmanda:
9
6,2
2.533
Drama. Romance
Un hombre vuelve a Estrasburgo para buscar a una mujer de la que se enamoró seis años atrás y recuperar aquel mágico momento. Es verano. El joven extranjero callejea observando y dibujando gestos y expresiones captadas azarosamente en la calle sin dejar de buscar a esa mujer, cuyo recuerdo gravita sobre la ciudad. Esa búsqueda le conduce a otra mujer y ésta a otra... siempre bajo la invocación de la ausente. (FILMAFFINITY)
27 de septiembre de 2007
61 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Titulo mi crítica robándole esta frase al propio Guerín porque me parece que resume, al menos parte de, sus inquietudes al hacer esta película. De ahí sale esa influencia de Hitchcock de la que tanto se ha escrito. De ese suspense buscado, pero llevado a otro terreno, al de la busqueda del significado de un gesto, de una mirada, de un ideal. Con él consigue una carga emocional y una empatía intensa, que se puede comprobar cada vez que aparece, directamente o traves de cristales o reflejos, una Pilar López de Ayala sublime y guapísima. Cada una de esas apariciones produce un vuelco en el espectador, con el que haya podido conectar claro. La narración es particular, calmada, utilizando una cantidad de diálogos mínima, comprensible que no todos los espectadores conecten. Yo mismo vi salir a gente de la sala antes de terminar. En mi caso, al principio estuvo cerca de llegar al tedio, hasta que el festival de gestos, esa naturalidad, por su cercanía al documental y la increible labor de los actores, pero también por la labor de Guerín, por el tempo que utiliza, por esa repetición de figurantes que le da caracter propio a la ciudad (el africano que vende carteras, el acordeonista rumano...), un caracter al que estamos acostumbrados, y también esa carga de simbolismo y, sobretodo, esa hiperexpresividad, consiguió engancharme y de ahí ya no pude salir. Guerín consigue sacar expresión (una expresividad brutal de hecho) de Pilar López de Ayala hasta de espaldas. El trabajo con el sonido es igualmente increible.
Es cierto, y no deja de ser curioso, que en algunos momentos mi mente me llevó a historias propias, pero todo ello sin dejar en ningún momento la película. Quizás esas historias vividas por mí, pero evocadas por gestos de los personajes, fuesen a lo que Guerín se refería con querer hacer al público participe absoluto de la película rellenando lo que, él expresamente había vaciado. En otras circunstancias esa pretenciosidad me hubiese parecido tramposa y falsa, pero en este caso funcionó realmente conmigo, y posiblemente de ahí venga ese 9 que no estoy seguro de que la película objetivamente merezca.
Es cierto, y no deja de ser curioso, que en algunos momentos mi mente me llevó a historias propias, pero todo ello sin dejar en ningún momento la película. Quizás esas historias vividas por mí, pero evocadas por gestos de los personajes, fuesen a lo que Guerín se refería con querer hacer al público participe absoluto de la película rellenando lo que, él expresamente había vaciado. En otras circunstancias esa pretenciosidad me hubiese parecido tramposa y falsa, pero en este caso funcionó realmente conmigo, y posiblemente de ahí venga ese 9 que no estoy seguro de que la película objetivamente merezca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ese ansia de vacíar de Guerín aparece especialmente con el personaje principal. No sabemos nada de él, salvo de esa busqueda obsesiva que le tortura y de la que, a la vez, disfruta plenamente. Si partimos de la base de que la labor del artista consiste en una busqueda eterna de la belleza, no resulta dificil sacar la conclusión de que Sylvia es la belleza (el ideal de belleza del chico), y él es el artista (como posible pista, se dedica a pintar todo lo que observa). Ahora bien, no se puede negar que el protagonista se dedica, la mayor parte a mirar a mujeres de una belleza indiscutible, y sin embargo la sensación que me dio es que su busqueda se centraba en la (una vez más) expresividad de sus gestos, en esa vida descrita en cada una de ellas por sus miradas. Quizá de ahí la imagen, casi al final, de la mujer deformada. Ella también puede ser Sylvia, también puede ser belleza.