Fletcher llega a Northampton con la misión de buscar a un hombre , pero pronto descubre que ha muerto. Tendrá que averiguar quien lo hizo y recuperar una joya que este tenía. En su busqueda se encontrara con extraños personajes, entrecruzando con sueños que se confunden con la realidad y cosas del pasado, que harán complicar el caso.

Estamos ante una película de la que es complicado explicar el argumento, pero también las sensaciones, ya que es una sucesión de escenas, pero globalmente la historia es complicada y se pierde en su multitud de referencias, personajes, y el abuso del mundo onírico. Visualmente es espectacular, y el diseño de los diferentes personajes también es sobresaliente. El argumento también es interesante, pero Moore quiere hacer una historia compleja, y lo hace inflándolo con cosas y personajes que no aportan nada, se da vueltas para no llegar a ningún sitio, y el único que consigue es perder interés. Parece que es una sucesión de ideas, alguna brillante (incluyendo una de las mejores secuencia no solo del Festival, sino del año, con unos particulares detectives privados) pero otras totalmente innecesaria, que solo consiguen que acabes aburriéndote por momentos, ya que es larga y reiterativa.

En resumen, una película con con cosas muy destacables, pero muy alargada, con una imaginería visual muy potente, pero que cuesta seguir , con 20 minutos menos sería una gran película.

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