Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Uno de los vuestros:
7
Drama La película se centra en dos adolescentes, Arbor y Swifty, y en la relación de explotación que les une a Kitten, el propietario de una chatarrarería local. A Arbor y Swifty los expulsaron de la escuela y, en esos días de incertidumbre, ambos empiezan a recoger (y robar) cobre y chatarra que luego venden a Kitten. En paralelo, la película retrata una costumbre local: las sulkys, es decir, las carreras de pequeños carruajes tirados por ... [+]
11 de marzo de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gigante egoísta es la primera película de la directora Britanica Clio Barnard. Su obra es una revisión, inspirada en la realidad, del cuento con el mismo título de Oscar Wilde.
En la reinterpretación de la fábula de Wilde, el jardín del gigante donde juegan los niños es ahora una chatarreria, en la que su propietario, el egoísta Kitten, se relaciona con adolescentes que buscan satisfacer sus necesidades trapicheando con el cobre y la chatarra, o cuidando y montando los caballos a los que es aficionado el chatarrero. Al igual que en el cuento de Wilde, un suceso dramático desencadena un cambio de actitud en la relación de explotación que une a Kitten con los dos jóvenes protagonistas.
La película dibuja un retrato sincero, conmovedor y debastador de la amistad entre dos adolescentes, Arbar y Swifty, enmarcada en una trama social que recuerda a la filmografía de Kean Loach, donde las familias desestructuradas y la falta de respuesta de las instituciones constituyen el paisaje donde se mueven sus personajes.
Los niños, Conner Chapman –el hiperactivo Arbar- y Shaum Thoms –el reflexivo y simpático Swifty-, en su primer trabajo para el cine, realizan una magnífica interpretación en las que sus papeles, tan diferentes, se complementan perfectamente a lo largo de todo el film.
Uno de los vuestros
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow