Puff, que pena... qué poco interesante, por lo menos desde el punto de vista del arte. Qué manera (lícita, desde luego, pero cutre) de sacar pasta a costa de lo que fue (bueno y malo) alguien. Qué pena que dos horas de película, supuestamente sobre Kahn, no sean más que un melodrama, con tendencia a la sensiblería y al morbo. Desde luego que en cierta medida tiene interés mostrar la otra cara del artista, pero sinceramente no creo que eso de para dos horas. Qué pena tantos minutos esperando un buen recorrido, un análisis interesante... no sé, pero algo, algo más que demostrar lo que aquel que ha leído un poco ya sabía: kahn, como tantos otros genios, tenía parte de H.P. Vale, espero que al chaval por lo menos se haya llenado los bolsillos de pasta.